Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com
El tipo te mira fijo desde la mismísima tapa del disco. La foto arrima un par de datos. Hay una camisa arremangada que a esta altura debe haber aprendido a tirarse de cabeza al lavarropas, mover la perilla del programa de siempre, tenderse y secarse al sol, plancharse, arremangarse, abotonarse y guardarse, en el ropero o en la valija. Sí sí, todo ella sola, como para que sólo haya que tomarla, desprenderle los dos botones de arriba, ponérsela como remera y salir al próximo escenario… ¿Ojalá no?
Las mangas arriba por dos cosas: es más cómodo para tocar, claro, pero además el segundo dato: hay que mostrar el tatuaje: «Blues With a Feeling». Tal vez le falte algo a esa leyenda. Podría haber sido: «¡Blues With a Feeling papá!»
Un tercer dato a la derecha: verde, cabezona, divina, una lámpara de biblioteca. Tendrá alguna que otra historia para justificar su aparición en la tapa, pero apuntándole al «Blues With a Feeling», la deja picando para dejarnos pensar que además de sentimiento, la música necesita estudio, esfuerzo, sentarse a leer textos, músicas, historias de viejos maestros, casi todos negros, casi tantos como para explicar por qué tantas armónicas amontonadas en el cuarto dato de la tapa. Contando la que mira desde arriba, una docena, y más también.
El quinto dato cierra el frente con una vieja radio, un viejo teléfono, algunos discos y una bandeja de vinilos. El vinilo, la púa, la vida contada en revoluciones por minuto.
¿No falta algo?
Claro. El tipo que mira fijo es César Valdomir. La armónica con nombre y apellido en el Blues de Córdoba y más allá.
Y siguen faltando datos. Todavía no abrimos «Working For The Blues». Pero mirando aún la tapa, faltan dos leyendas. Abajo, sobre el título del disco: «César Valdomir & The Blue Midnight«. Arriba, a la izquierda: «John Primer – Special Guest«.
Antes de romper el celofán, la contratapa. Once temas en mayúscula. Entre grandes firmas de Chicago, un gospel de los más conocidos y una gloria de la costa oeste cantada por blancos de todas las costas, tres títulos propios.
Una de las caras internas del tríptico detalla la ficha técnica. La mayor parte de lo que escucharemos fue grabado en Desdémona. Luego, mezclado por Daniel De Vita en Buenos Aires y masterizado en Chicago por Blaise Barton.
Otra de las caras, antes de pasar de interna a externa, incluye agradecimientos, entre otros, «a todos los dueños de bares y lugares donde, gracias al trabajo constante, nos contratan a diario para mostrar nuestra música.» En el final, «a todos los que de alguna manera colaboran y trabajan para que siga viva la música que dio origen a todas las músicas contemporáneas… EL BLUES!!!»
Todo hermoso y menos importante que lo más importante: lo que suena. ¡Lo que suena! Más chiquito: Esa armónica que abre la música del disco con «Rocker» de Little Walter. ¡Qué título para desatar una lista que habla de laburar de músico en presente continuo, con la música, por la música, para la música! El fin último de esa melodía que vuela, fundido en los mismos medios, madurados por los años.
«Working For The Blues» (tema que nombra al disco y suena como para correr las sillas) Lore Blues (tema que nombra al amor y suena como para arrinconarse en el oscuro) y «Tribute to George ‘Harmonica’ Smith» (tema que nombra al maestro de maestros y vibra entre parches y platos tremendos, con solos de guitarra y piano como para pagar otra vuelta) son las tres composiciones de Valdomir.
Completan el disco tres clásicos de Mckinley Morganfield que confirman la importancia de llamarse Muddy Waters (en dos, «Take The Bitter Whith The Sweet» y «Walking Thru The Park, aparece un coloso en voz y guitarra: John Primer); una versión de «Baby What You Want To Me To Do» que confirma el talento enorme de Lorena Gómez cantando cualquier género; un saludo instrumental a las voces que entonaron «I Left My Heart in San Francisco» para siempre; un tributo al polifacético Rice Miller con «Have You Ever Been in Love» y «John The Revelator» uno de los coros más conocidos, con la participación, en voces, de Matías Lubrina, Meli Gutiérrez, Lucas Salvatierra, Juli Villarreal, Juano Maldonado y Malen Panichelli.
Los músicos de «Working For The Blues»
En guitarras: John Primer, Alejandro Saúl, Santiago García y Daniel De Vita.
En bajos: Mauro Diana y León Pérez.
En baterías: Charli Pereira y Walter Loscocco.
En pianos: Luis Zavala y Nicolás Raffetta.
En saxo: Dante Medina.
En contrabajo: Lucas Velich.
En todo: «Blues With a Feeling».
Después de noches y más noches en ciclos de Blues local, y de su reciente viaje al Norte, César Valdomir lleva toda su música al escenario de Studio Theater, junto a Fabricio Suárez en guitarra; Charly Pereira en batería; Nahuel Pérez en bajo y músicos invitados: Nicolás Raffeta, el Coro Gospel Kumbaya, Lorena Gómez, Lucas Vélich, Dante Medina, entre otros.
No será una presentación más. Hay toda una puesta y varias sorpresas.
Invitación de César Valdomir.
Agendá:
César Valdomir & The Blue Midnight en concierto.
Presentación de «Working For The Blues».
Viernes 5 de agosto – 21.30 horas.
Studio Theater – Rosario de Santa Fe 272.
Entrada anticipada: $165 en Edén.
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