Películas para abarajar antes de cagar fuego

Match Point

8-10-2016 / Lecturas, Películas para abarajar antes de cagar fuego
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No podía demorarse tanto una del viejo Wody Allen en este espacio desentendido de novedades. La tercera película para ver antes de los pinos cuenta la vieja historia del amor entre criaturas con más y menos dinero, pero desde la genialidad de un maestro de maestros.


Match Point

Por Juan Fragueiro.

Conocí al señor Allen circa 1978, con su «Interiores», y después vinieron los años de visionar sus películas en reversa mientras esperaba su estreno anual. Así consolidamos una amistad que ya lleva casi 40 años.

Woody es especial, vaya si lo es. Ecléctico en su cinematografía, pasa de la comedia al drama, del drama a la tragedia, de la tragedia a un par de malas películas que se olvidan ante la cantidad de muy buenas cintas… Así es Woody Allen. Encarar la sinopsis de cualquiera de sus películas no es mi tiramisú, y reseñar «Match Point» sería de una soberbia digna de los críticos de cine, que no lo soy. Será cuestión de invitar.

Al elegir esta película de 2005 como una de las que tenemos que abarajar antes de que caguemos fuego, se me antepuso una de sus más recientes musas. Esta chica Scarlett Johansson puede derribar el Vesubio sin palancas ni palanganas y suponemos que ella misma lo sabe porque cuando se pone en el cuerpo de Nola y arremete contra la alta sociedad, contra su ex novio y contra su amante (profesor de tenis y esposo de la hermana de su ex novio), Nola Scarlett está actuando sobre nuestros propios prejuicios.

En la cinta hay mucho romance, mucho empeño por lograr posiciones sociales, mucha buena música, hay sexo del convencional y del otro que gusta más, hay intriga, suspenso, asesinatos y necesidades. Un primer vistazo y estamos en las páginas de Fiodor Dostoievsky, porque aparecen neblinas que ilusoriamente nos pintan el drama de Raskolnikov, aquel estudiante ruso de «Crimen y Castigo»… y porque en la primera escena el protagonista está leyendo… ¡ese libro!

Pero me estoy yendo a la Siberia, mejor volvamos a lo que íbamos… Entre set y set, entre redes que dividen canchitas de tenis y vasos espirituosos, hay una fabulosa historia que haría temblar de envidia a la Agatha Christie. Enredos de una alta sociedad que son actuales y más efectivos que La Pulga en la Oreja.

El blanco y el rojo, como colores deambulantes; la música destacada de «Una furtiva lágrima» y la pesadilla de la desnudez de una Venus ambiciosa que se niega a ser excluida de esa sociedad a la que aspiraba pertenecer. Amores violentamente encontrados, pasiones viscerales y un inevitable rumbo hacia el crimen. Crimen con intenciones.

Hay un momento que se me quedó ahicito de ahínco, cuando la pulsera golpea en la baranda y cae… Y la recoge un mendigo. «Match Point» está repleta de escenas memorables y cada uno puede apropiarse de la que le plazca. Por mi parte, me quedo con los ojos de Nola, que no es poco.

En esta película econtramos a Woody Allen políticamente incorrecto. Si para el escritor ruso no había crimen sin castigo, para el director norteño cualquier crimen puede tener su bisagra y dejarnos en libertad.

Todo sea para un buen vivir, aun cuando en el medio haya un buen matar. O dos. O tres.