Con permiso

Ostrácodos

29-04-2018 / Con Permiso, Lecturas
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Allí donde casi nunca llega la luz. Del tamaño de un grano de arena. Dos bocas, antenas y un caparazón que se abre y se cierra, como una concha.


Ostrácodos

Por Luciano Debanne.

Dicen los que saben de aguas y monstruos marinos que en las más oscuras profundidades de lejanos océanos y ríos remotos viven unas criaturas fantásticas a las que llaman Ostrácodos.

Cuentan que cada Ostrácodo tiene dos bocas, antenas, y un caparazón que se abre y se cierra, como una concha. Tiene el tamaño de un grano de arena ese pequeño monstruo acuático.

Viven allí donde casi nunca llega la luz, donde reina la oscuridad y el peligro de ser devorado. Como todos en este mundo, los Ostrácodos son presa de otros seres fantásticos nacidos de la imaginación de vaya uno a saber qué dioses.

Los relatos hablan, por ejemplo, de peces invisibles. Peces transparentes imposibles de ser vistos. Fantásticos peces invisibles que andan al acecho y que comen Ostrácodos.

Y acá viene lo mejor de todo esto. Escuché que cuando uno de esos peces invisibles se come un Ostrácodo, el Ostrácodo brilla.

Brilla, se enciende. Ante el peligro se enciende. Se enciende en la barriga de su cazador invisible, se hace luz.

Y entonces el pez invisible aparece, iluminado desde adentro ¿entendés? La presa delatando al cazador, desde sus propias tripas, llenándose de luz para mostrar al monstruo que lo tragó.

Y puesto en evidencia, expuesto a presas mayores, el pez invisible escupe al Ostrácodo, lo vomita. Y así se salva, por su propia luz, capaz de iluminar a la bestia que lo caza, capaz de mostrar sus contrastes y sus debilidades.

Eso cuentan los que saben de bestias marinas.

Cuentan también que casi no existen Ostrácodos machos, cuentan que todas son hembras.