Por José Halac.
Los gobiernos «no populares» o «no populistas» neoliberales siempre andan ofreciendo progreso, desarrollo (recuerden a Alsogaray), novedades, y más cerca en el tiempo, tecno-concepts que traducen en palabras muy seductoras que te hacen sentir un anticuado y viejo bagaje de huesos con un cerebro que pertenece a un sistema operativo que ya no va más. Pensalo como si tu cerebro fuera una computadora (que no lo es) y que hoy funciona con Windows 5.
Basta recordar el viaje intergaláctico de MNM (metan ustedes las vocales que faltan) como para entender y recordar que ellos vienen y proponen una Argentina de avanzada, plena de desarrollos científicos y culturales que van más allá de la cuarta dimensión (como decía Fabio Zerpa). A los argentinos nos encanta estar en el top-top del top, y creernos mejores que todos los latinoamericanos y ser europeos a como dé. Aunque sea por un rato y con falsedades imposibles (recuerdo ahora la crotoxina, la cura del Sida).
La Singularidad es un movimiento global, no gubernamental, que propone hibridizar al hombre con la máquina. Parte humano, parte máquina. Las investigaciones están pagadas por ricos excéntricos como Ray Kurzweil y otros, entre ellos, uno de los CEOs de GOOGLE (¡imaginen que Google ya tiene poder sobre vos y acaba de meter en su directorio a un guru del post-humanismo!).
¿Qué buscan? Bueno, en la superficie, dicen que el próximo paso evolutivo del Hombre. Ustedes lo han visto en algunas películas. Pero realmente, ¿qué buscan? Sin duda: esclavizar. Crear una sociedad donde un grupo de ricos accedan a data de control de todos los dispositivos que nos van a meter en el cuerpo para saber no sólo todo de nosotros sino para, con al excusa de «evolucionarnos», controlarnos. ¿Sueño paranoico? No importa. Pero se parece tanto al gobierno del PRO…
El problema no sería tanto ese, porque podría darse o no. El verdadero y cercano problema es que muchos macristas, entre ellos Esteban Bullrich, son parte de este movimiento y desean «traerlo» a la Argentina. Ése es el problema. Y es que al igual que MNM lo hizo, estos pibes ricos se excitan con otros como ellos de los EEUU, sin tener la capacidad ni los recursos ni la plata ni la investigación que sería, en todos los casos, importada e impuesta como un modo más de «integrarnos al mundo», así, a lo bruto, a puro cursito, base científica, endeudamiento y contratos para «traer» el conocimiento para acá y que la Argentina se «ponga a la altura» de no sé qué desarrollo que nunca veremos ni podremos comprobar porque simplemente seríamos conejillos de indias, ya que nuestras universidades y centros de ciencia están a años luz de este tipo de conocimiento.
Básicamente, nos van a vender viajes a Marte y nos van a pedir que los votemos de nuevo porque ellos son la pos-posmodernidad esencial para no volver al atraso y al populismo Windows 5.
He acá un nuevo ángulo para leer al macrismo. La fotito del presidente con las gafas Virtual Reality era su manera de decirnos «¿Se podrá algún día downlodear mi cerebro para el bien de la humanidad?»
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