Con permiso

Acomodar el Cuerpo

15-04-2018 / Con Permiso, Lecturas
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A los tiempos que corren, a las quietudes forzosas, al agite necesario. Hasta que nos colme, hasta ser puro músculo, puro hueso, puro aire en circulación. Hasta que nazca la sonrisa.


Acomodar el Cuerpo

Por Luciano Debanne.

Acomodar el cuerpo. Acomodarlo al sol que sale, al aire frío de la mañana, a la montonera del bondi y los saltos del camino.

Acomodar el cuerpo al día que viene, a la noche que pasó.

Acomodar el cuerpo hasta que se haga parte de la cosa, hasta que sea balsa andando sin esfuerzo en la vereda.

Acomodar el cuerpo a los tiempos que corren, a las quietudes forzosas, al agite necesario. Al contacto con otros cuerpos.

Acomodar el cuerpo para poder recibir de lleno, plenamente, todo lo que venga.

Acomodar el cuerpo hasta que nos colme, hasta ser puro músculo, puro hueso, puro aire en circulación. 

Acomodar el cuerpo, acurrucarse en el propio cuerpo, empollar ahí.

Hasta que nazca la sonrisa, y se expanda como un estallido, como una carcajada universal, que lo ensucie todo y lo deje cubierto con nuestras tripas, con nuestra sangre, con nuestro corazón latiendo al aire, a la vista de todos.