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Vivi Pozzebón presenta «Madre Baile»

5-10-2011 / Agenda, Entrevistas
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A pocos días de la presentación en el San Martín de “Madre Baile”, conversamos con Vivi Pozzebón sobre algunos de los encuentros que convergieron en su segundo disco.


Vivi Pozzebón presenta «Madre Baile»

Por | redaccion351@gmail.com

Fotos: Pablo Hamada.

En un cuento entrañable, Manolo va al espacio en bicicleta. ¿Qué cómo lo hace? Puesh muy fázil. En lugar de pedalear hazia adelante, ¡se pedalea hazia arriba! Manolo, el Dr. Floyd, el Capitán Beto, el Sr. Spock, cualquiera que ande flotando y mire “hacia abajo” en la noche, verá los continentes iluminados. Lucecitas amontonadas al norte, raleadas al sur, en fin: un espectáculo. También podrá “escuchar hacia abajo”, para oír las percusiones de la Tierra. ¿Qué creen que captarán las orejas vulcanianas de Spock? ¿Los martillos neumáticos de las fábricas? No. ¿Las bombas? Tampoco. ¿Los tambores del mundo? Correcto. Los tambores del mundo. ¿Qué cómo llegan al cosmos? Pues muy fácil: la Tierra no baila con martillos y bombas. Está más bien harta de tanta estridencia. La tierra baila cuando suenan sus hijos, los tambores. Con los valles, montañas y llanuras de reverb, los ecos atraviesan la ionósfera y sacuden la nave de fibra.

Entre los malvones de la cabina y los nubarrones al sur del Caribe, bien abajo, allá lejos, se divisa un infierno digno de bendición. La selva de ritmos. Una comparsa que no tiene gobierno ni nunca tendrá. Gentes nacidas del maíz y de los barcos. Afinando las pupilas, apuntando al centro del cucurucho de ese helado de chocolate y menta que es Sudamérica, bien en el medio, ¡acá acá! ¡Estamos levantando las manos! ¿Nos ven? ¡Acá estamos nosotros! ¡Hola! ¿Cómo que qué estamos bailando? ¡Bailamos de todo! La que va al frente, con sus manos como crisoles, es Viviana Pozzebón, tamborera insurgente.

No hay pruebas contundentes, pero trascendió de fuentes confiables: Vivi Pozzebón hace trampa. A sus alumnos les dice que tiene una entrevista y a los periodistas, que está dando clases. Así liberada de las tareas y compromisos de este lado del cucurucho, se manda al otro lado, el de adentro, donde se derraman mezclados los sabores del helado gigante. ¿Qué hace entonces la señorita? Destapa congas, yembés y bongós; apoya los instrumentos a las paredes internas y canta para derretir los ritmos que bajan y colman los cuencos de madera. Pone luego los parches en su lugar y reaparece, sabia como la madre tierra, fresca como la llovizna, a sembrar canciones y sonrisas por el mundo. Un verdadero escándalo.

Tuvimos que hacer justicia. Sabemos, desde hace un tiempo largo, que se viene un nuevo disco, “Madre Baile”. Después de tantas formaciones y participaciones, de sus 3 discos imprescindibles con De boca en boca y de su estupendo «Tamboobeat», “Madre Baile”. Ahí están sus palabras en la página del disco, explicando amablemente los orígenes, el proceso de grabación, los músicos invitados. Muy lindo todo. Deben haber quedado cosas por contar. Vayamos a su casa y le golpeemos la puerta a ver si nos abre. Se escuchan pasos. Se abre la puerta. ¡Pero qué gustazo! Avanti.

Ambientación: comedor atravesado por el sol de las cinco de la tarde; un equipo de música donde disfrutaremos 3 de los nuevos temas; recuerdos de viajes en un mueble; libros; discos; colección de instrumentos colgados en las paredes del pasillo; estudio al fondo; mate en la mesa; play.

Una anécdota que evoque los pañales del disco.

Fue un poco loco. Estaba en París. Fuimos con una amiga a tocar a Tango Negro, el espacio de Juan Carlos Cáceres. Después de tocar, la mujer de Juan Carlos me dice “¿Cómo no tocás algo de tu ciudad?” “¿De cuarteto?”, le pregunté. “¡Claro!”. Entonces pensé: “si puedo hacer un son, una samba brasilera, ¿por qué no voy a hacer un cuarteto?”

¿De ahí el homenaje a la Leo?

Se nos ocurrió después. Víctor Pintos estuvo en la producción de “De Ushuaia a La Quiaca”. En una reunión me mostró un video de cuando pasaron por Córdoba, con León Gieco en un baile, creo que en Oliva, cantando junto con el Cuarteto Leo un tema que decía algo de la suerte. Después, charlando de todo un poco, le preguntamos a Víctor cuántos años tenía. 52 nos dice. Y yo mezclando la edad de Víctor con el tema de la Suerte que habíamos escuchado, voy al otro día y juego el 52 en la Quiniela. ¡Y salió! De ahí empezamos a armar algo con Karol (Zingali). Surgieron las primeras melodías. Y finalmente todas las canciones, con el baile como hilo conductor.

La música respeta el estilo tradicional.

Tuvimos dudas. No sabíamos si darle el sonido actual al cuarteto, que tiene mucho del merengue, y sumarle algunas capas de electrónica, o hacerlo más tradicional. Cuando Bam Bam llegó al estudio a grabar los temas en que aparece, le hicimos escuchar “Madre Baile”. A los 2 segundos dijo: “¡No! Esto tiene que tener un violín que suene como cuando le pisas la cola a un gato!” Así fue que llamó a Leandro Liuzzi para que toque el violín. Leandro está en la Sinfónica, toca lo que quiere. Bam Bam terminó diciéndome: “con este sonido lo escuchan tres generaciones”.

Un tema de «Madre Baile» que no cerraba y finalmente quedó.

«Dragona». No es que no haya cerrado, sino que fue el último por su proceso de grabación. En realidad ya lo veníamos tocando en vivo. Se grabó acá en Córdoba; pasó por Suecia y terminó acá con Karen, de Actitud María Marta, que le puso una letra y al final se la cambió casi mientras la grababa!

¿Por qué Suecia?

Estábamos grabando y nos llegó la noticia: en quince días viajás a Suecia! Habíamos presentado el proyecto de Tamboreras con Lili Zabala, que vive allá, y ganamos la beca. Fuimos a unas colonias de vacaciones sólo para chicas adolescentes que van a hacer música. Se dan talleres, festivales. Un sueño. Estuvimos en 3 ciudades.

¿Y el primer tema?

Podríamos decir que fue “Nueva era” del Pájaro Canzani. Fue después de «Tamboorbeat». Fede Flores se fue a Buenos Aires. Hubo cambios en la banda, se incorporaron músicos. Fue un poco el origen del disco. Es cierto que por ahí tenés que viajar para valorar lo que tenés.

¿Cómo aparecen los Copla en el disco?

En enero estuvimos en Cosquín. Después del festival terminamos con la Comparsa Afro en la Peña de los Copla. Un fiestón impresionante. Ahí conocí a Gustavo Patiño, que también aparece en el disco. Tocamos y los Copla se coparon. Al final cerramos por el contacto de Karol con el productor de ellos, Gustavo Gutiérrez, hermano de Esteban. 

 

Vio cómo son las charlas cuando hay un poco de tiempo. Van para cualquier lado. De repente, después de escuchar y comentar algunos temas del disco, estamos recordando las obras de teatro que musicalizaba en su niñez; la casa de una profesora que tenía discos incunables; el armonio de la iglesia de Los Surgentes, el acordeón de su padre sonando en los bailes de campo; los primeros años en Córdoba, estudiando Comunicación Social en la “Escuelita”, casi por acuerdo con los padres, que no querían saber nada con la música o el cine; una congas que inexplicablemente pasaron por una gomería de su pueblo, un departamento, una venta por mudanza, para terminar en manos de Fernando Caballero.

¿Hay música nueva que te haya desequilibrado?

¡Los músicos no solemos escuchar mucha música de otros músicos! Hacemos música, trabajamos con la música, además damos clases… Al final del día necesitamos disfrutar del silencio.

¿Qué exaspera más? ¿Un empresario de la música medio chanta o un alumno sin oído?

¡Un alumno sin oído! Ja! Tengo mucha paciencia, pero en algún momento hay que poner un límite.

Una música de Córdoba que celebremos.

Los Palo y Mano. La última vez que los vi, sonaron bárbaro. Están cantando muy bien.

¿Mejoró Córdoba para tocar en vivo?

Hay más estructura. Siempre hubo mucha música. Ahora creció lo que está alrededor de la música. Hay más productoras, otros medios como Nuestra Radio, medios digitales que hacen circular lo que está pasando.  Internet ayuda mucho. Antes era ir a pegar volantes. Con De boca en boca salíamos a hacer pegatinas. Ahora subimos todo al Facebook.

¿Pensaste alguna vez en irte a vivir a otro lado?

Cuando dejamos De boca en boca pensé en comenzar de cero con otro proyecto para después irme. En cuatro años, hicimos dos discos. Ahora no me iría.

Vamos a ver la agenda

Tenemos el 8 de octubre en el San Martín. Tenemos una expectativa enorme con nuestra presentación. A fines de octubre estamos en el Aniversario de las Madres en el Comedor Universitario. Luego, el 11 de noviembre en La Vieja Usina. Y en enero estamos en Cosquín.

En el fin, después del saludo de despedida, lo más difícil: aguantar la ansiedad hasta el sábado. Mientras tanto, ¡exploremos más de «Madre Baile»!
www.vivipozzebon.com.ar/madrebaile