Entrevista

Rodrigo Carazo y Ezequiel Borra en vivo

31-03-2017 / Agenda, Entrevistas
Etiquetas: , , ,

Este sábado 1 de abril a las 22 horas en Cocina de Culturas, los cantautores compartirán sus músicas en «Dios los cría», un espectáculo imperdible. Compartimos una charla entre ensayos, cruces de acordes y juntadas de patio.


Rodrigo Carazo y Ezequiel Borra en vivo

Por | redaccion351@gmail.com

Esos cachos de madera cortados a medida y dispuestos en forma de escenario se las saben todas, todas, todas. Por simple registro de talones, dibujitos de suelas, presión y distancia de pasos, instrumentos, atriles, pies de micros, cables, pedales, botellitas de agua y demás ordenamientos químicos, las tablas anticipan el clima de la noche, las afinaciones necesarias, el humor del sonidista, los graves, medios y agudos ideales, el calor de las luces, la fenomenología de la concurrencia, la temperatura del vino y los avatares de quienes ocupan las mesas cercanas.

Todo. Los escenarios saben todo eso y más. Antes de la hora señalada, por captación de chispas y carambolas prófugas de la tabla periódica, calculan el volumen exacto, peso atómico y fisión de cada corazón convocado. El mismo Dios (o esa cosa con mayúscula o minúscula que está y no está y por eso Pugliese) que dispone los caños y ajusta las tuercas en el abajo de la madera, juega a desparramar dibujitos de suelas y a contar los días necesarios para verlos juntos en el arriba.

Este sábado, el entablonado de Cocina de Culturas, uno de los más sabios, se las verá con dos escándalos de protones criados para sonar cerca: Rodrigo Carazo y Ezequiel Borra. Una reunión esperable y esperada por sintonías que siguen el curso natural de la canción, ese río de sorpresas.

Aquí una charla para leer y algunos registros para oír e ir al encuentro de guitarras, instrumentos africanos y voces que se saben aves.

 

-La letra de una canción puede atravesar el tiempo pero es imposible que no varíen sus interpretaciones, y de allí su fuerza, su vigencia. ¿Cómo ven, o como viven sus líricas en estos tiempos? Es posible pensar que una canción tantas veces compartida en presentaciones sucesivas se haya convertido en una rutina. Pero es difícil que esa sensibilidad original se haya perdido en dos cabezas como las vuestras. ¿Qué tienen para decir?

-RC: La rutina es elegir los mismos caminos (las mismas rutas) todos los días. A veces las canciones se pueden tornar pequeñas seguridades pero creo que depende mucho del día, del espíritu que tenga en ese concierto, lo que pueda pensar o sentir acerca de una canción.

-EB: La canción es una recurrencia. Se canta y se canta. Se puede «caer» en una repetición ya estéril, mecánica, o se puede intentar usar la recurrencia para sutilizarse, para explorarse. En ese viaje quizás se pierda la sensibilidad original, quizá se llegue a una distinta. Cada día tenemos la posibilidad de ese mismo trabajo sobre nuestros hábitos en la vida, que pueden sumergirnos más en el sueño de la vigilia, o ayudarnos a despertar, si los miramos como frescos, como únicos. La película «el día de la marmota» también traducida como «hechizo del tiempo» es muy clara y nutritiva sobre este tema. A su protagonista le toca vivir siempre el mismo día, y luego de mil pasos en falso, puede llegar a una conciencia de evolución y se transforma en el profeta de su día.

Ezequiel Borra – «Luz Mamá»

 

-Si algo los ha caracterizado en sus recorridos es la búsqueda de nuevas sonoridades. Una prueba es “El placard ambient” reciente de un lado y la incesante actividad del otro, en talleres y encuentros con músicos de diferentes procedencias. Me gustaría que cuenten sobre el papel de la sorpresa en sus vidas con la música.

-RC: A veces mi vida está entregada a la música. Eso implica un universo de posibilidades y proyectos que son siempre prioridades. La verdaderas sorpresas son las personas, las culturas, los lugares que te permite conocer esta filosofía de vida, el ejercicio constante de la Libertad.

-EB: Hay que saber bienvenir a la sorpresa. Muchas veces se trata de algo que no coincide con los planes. Entonces tiene que ver con un ejercicio de confianza, y con habitar la incertidumbre. Hace bien. Por otro lado, la bella sorpresa está siempre presente en la música, en la improvisación, descubriendo nuevas sonoridades como nuevos horizontes. Es una materia infinita. Para el explorador nunca sobreviene el aburrimiento.

Rodrigo Carazo – «Ave que sabe»

 

-Una vez publicamos un cuestionario donde conocimos, con algún detalle, la relación de Rodrigo con la música. Con el grado de libertad que quieras, Ezequiel, te invito a tomar algunas de esas preguntas (algunas o todas, sos libre) y nos cuentes de vos a partir de las respuestas.

-EB: Rodri me sopló algunas de las primeras preguntas. Aquí las contesto al vuelo:
Un par de temas hechos con no más de tres acordes, que te parezcan una hermosura: Toda la música indígena.
Un par de discos físicos que salvarías de un incendio porque esos discos son tu vida: mis discos rígidos.
Una canción o disco o cantante que te hace lagrimear cada vez que suena: muchas pero digamos alguna. «Todo este campo es mío» de Simón Díaz.
Una canción ajena, o dos o las que quieras, que te hubiera gustado componer: Muchas pero digamos una, «Luiza» de Jobim.
Una versión de algún clásico que te parece definitiva, porque no habrá quien la mejore: Escuché ciertas versiones que me han gustado más que la original, pero en general no me pasa. No se me viene ninguna ahorita.
Un disco o canción que te lleve directo a la infancia: María Elena Walsh, Beatles, Serrat.
Una música ideal para escuchar a la mañana: son, salsa.
Una canción ideal para dejar sonar en un atardecer: Brian Eno.
Una canción ideal para una noche larga: Bullerengue.
Un par de discos o artistas que cuando los escuchaste por primera vez no te gustaron o no te movilizaron y el tiempo se encargó de meterlos en tu vida: Me pasó con Spinetta, con mucha música clásica y muchos discos de jazz.
Un disco que te gustó de entrada y después de mucho tiempo lo volviste a escuchar y te pareció más genial aún: Todos los discos que me gustan. Saboreándolos siempre me gustan más todavía.

Ezequiel, una de las etiquetas de tus discos en Bandcamp es “Protesta Interior”. Podría leerse como una rendija para adentrarnos en el universo de una música recóndita, que desde afuera se disfruta tanto. ¿Qué versos podrían aparecer para surcar “las ventanas y el baúl de tu espejo interior” (como dijo un señor flaco) actual. ¿Sigue la protesta? ¿Hay un principio de acuerdo o hay que “romper el espejo porque todo lo que ve ya se va”?

-EB: Hay que «romper el espejo», sí, y mirarse de verdad. En la «protesta interior» tomo lo que conocemos como canciones de protesta, que por lo general está asociado a lo contestatario, a lo social, a la denuncia por la injusticia, por la mentira, pero desde la visión interior: el sonambulismo habitual que no nos permite salir de una pantallita, de la zona de confort, volvernos útiles, fundir los intereses personales en los de la comunidad, y sobre todo, la falta de voluntad y de conciencia de lo necesario que es trabajar en uno mismo, desactivar la mentira más difícil que es la imagen de sí mismo. Animarse al vértigo de vaciarse, de desprenderse, de sanarse para sanar. «¿Usted está aquí?» es una pregunta que resume un poco todo esto. A veces miramos mucho para afuera sin reflexionar sobre nuestra política cotidiana, nuestro pensamiento especulativo, nuestras profundas intenciones, nuestra empañada transparencia, en fin… Pero luego de muchas canciones donde me meto en este barro, aunque lo siga haciendo, claro que hay un principio de acuerdo, una luz clara. Es de lo más sencillo y difícil a la vez: ejercitar lo que algunas comunidades llaman el «pensar bonito». Entender que la fuerza del pensamiento es la fuerza de la creación. Si limpiamos el pensamiento y la palabra, depuramos. Cada vez habrá menos protesta y más belleza.

Ezequiel Borra – «Cielo Clarito»

 

Rodrigo, hay una canción de Ezequiel, la última de “El placard”, donde le agradece y pide perdón a todas las cosas de un ¿departamento? Me acordé de tus mudanzas, de tu bendita culoinquietez. También parece que vas a asomar en cualquier momento en la tapa de “De todos los días”. ¿En qué canciones suyas te ves casi retratado?

-RC: A veces con sus canciones siento un swing de vidas hermanas. Sus canciones, sus discos y talleres son de gran inspiración para mí. Aprendo mucho de sus formas y experiencias. En su música se esconde una de mis partes más reales, mi experimentador desenfrenado (personaje que en mis discos aparece disfrazado de esotérico; esa es mi máscara, mi juego). Soy feliz cuando la música me lleva por lugares desconocidos y a la vez pretenden mantenerme ahí, expectante. La música de Ezequiel Borra es inquietante.

Ezequiel, en «Oír e ir», la canción que nombra su último disco, Rodrigo dice querer vivir entendiendo al árbol, y después, el juego de “Arbolar… Volar… Volar…” En “Primero los espejos” cantás “Quiero seguir a ese árbol, adonde vaya, a donde vaya…” Hay búsquedas hermanas, sí. Otra podría “Radio chica” y “Los sonámbulos”. ¡Tarde o temprano tenían que encontrarse! ¿Qué versos de Rodrigo te apaciguan la peluca? O te la revuelven. Respuesta según lo que decida el peine.

-EB: Voy a elegir una frase de Carazo de las nuevas canciones que en estos días estamos cantando, y me impresiona: «Quizás nací ya sin dolor». Esto es un poco el «pensar bonito» del que hablábamos. A veces cuesta habitar la felicidad, la claridad, y uno se identifica más con el padecimiento, alineado con haber nacido en tierras tangueras, de melancolía y nostalgia. Yo no puedo cantar esa frase aún. Aunque pueda pensarla incluso como cierta en mí, entonces eso me hace admirarla más todavía. Pensar bonito es llevarse hacia lo que uno sabe que le hace bien. «Si no tienes fe, imítala» le dejó dicho el maestro Gurdjieff a su hija.

Rodrigo Carazo – «Almagesto»

 

-¿Qué piensan hacer con esa amistad? No sé… De repente se me cruzó Lucas Heredia y Julián Venegas con sus “Puentes Invisibles”.

-RC: Se viene un EP de experimentos hermanados. ¡Niños en una plaza! Jaja.

-EB: Estamos aprendiendo, jugando, tirando canciones al fuego de la amistad. Con la excusa de los conciertos que cada tanto compartimos, nos encontramos un poco más seguido. Esta vez hubo un poquito más de tiempo y vamos descubriendo un color que puede estar lindo seguir desarrollando. No sabemos hacia dónde irá. Por ahora creo que los dos estamos ocupados en disfrutarlo.

Ezequiel Borra – Rodrigo Carazo – Un encuentro reciente

 

-Lo del cassette para la imagen de la presentación es una hermosura. ¿Qué cosas podrían llegar a suceder el 1 de abril?

-RC: Queremos expresar el entusiasmo por la música en todas las formas posibles, canciones entrelazadas, africanismo musical, estados, sinceridad y juego. Somos verdaderos niños en una plaza soñada.

-EB: Este próximo sábado esperamos poder reflejar algo de este momento de comunión, y maximizarlo con todos los amigos que se acerquen al concierto.

Invitación

 

Agendá:

Rodrigo Carazo y Ezequiel Borra en vivo.

Sábado 1 de abril – 22 horas. 

Cocina de Culturas – Julio A. Roca 491.

Entradas anticipadas: $100. En puerta: $130.