» Pol Castillo Blues Band cumple años y lo celebra en 990 Arte Club redaccion 351

Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com

Guitarrero y cantor de anteojos llevar. Un verdadero emblema del blues, cultor de un estilo desplegado en escenarios nuevos y legendarios, cercanos y remotos, en recitales marcados en el calendario como batallas ganadas.

Hay preguntas que esconden agradecimientos por años y años de seguir sumando música a la historia de una ciudad. Una vieja frase que volvió hace poco, de la mano de otro personaje hermoso de la escena local, reza: «Somos músicos porque no podemos dejar de serlo». Una sencillez sin fondo perfectamente adaptable a Pol Castillo, apodo y apellido de un modo de sentir el blues que amaestró guitarras para descreer de las señales de curva.

Este viernes, la banda del músico llega a un nuevo aniversario y vuelve a 990 Arte Club para crearle una ventana y tirar por la misma al mismísimo templo.

A pocos días de un intercambio a las risotadas por cuestiones que no vienen al caso, sale un diálogo con blues de fondo, bien fuerte -al decir del guitarrero y cantor- como cadenazo en los dientes.

-Nombrame cinco a diez personas a quienes le tengas que agradecer estar parado en el escenario del viernes cumpliendo 14 años con la banda.

-Quiero aclarar que esta formación cumple 14 años (o sea Pol Castillo Blues Band), pero yo empecé 10 años antes a tocar profesionalmente arriba de las tablas, cuando tenia 17 años. Así que son 14 con la banda y 24 como músico profesional.

-¡24 años de darle a la guitarrita! ¡El año que viene las Bodas de Plata! Vamos con los agradecimientos.

-Primero a mi vieja que me enseñó a tocar Blues a los 12 años. Ella me dijo: “Te voy a enseñar a tocar Rock & Roll” pero en realidad lo que me enseñó en la guitarra (era pianista mi vieja), fue el estilo de Nueva Orleáns, el Boogie Woogie de Pinetop Perkins, el Butterfly de Champion Jack Dupree. Mi viejo (era Trovador) me puso una guitarra a los 11 y me enseñó los primeros acordes, mientras me enseñaba zambas.
El tiempo fue pasando, llegaron los Beatles y todo cambió. A los 16 escuché por casualidad a Marcelo Gómez pasando Blues en su programa “Al Abordaje” y recién ahí dije: “Esto es lo que quiero hacer toda mi vida, es lo que quiero tocar, ¿qué es? ¡Quiero aprender!”. Me empecé a juntar con amigos y a pasar tardes enteras escuchando a Howlin Wolf, B.B. King, Albert King, SRV, Gary Moore y por ende a sacar en la guitarra de oído las cosas, porque en esa época no había nada de lo que hay ahora para aprender. Si querías saber algo debías ir a los recitales a ver cómo tocaba el guitarrista, o juntarte a zapar con quien sea para pasarte información de cómo se ponían los dedos o se armaban acordes.
Así conocí a mi hermano Horacio del Franco, baterista y empresario de profesión, con el cual toco desde hace 18 años. Apareció Caio Fola, bajista y peluquero de profesión, con el que tocamos juntos desde hace 12 años, o más, y Sebastián Cebreiro, armonicista & fotógrafo de profesión, con el cual hace 6 años que tocamos juntos. Mi Banda, mis amigos y mi segunda familia. En 2008 conocí a uno de los padres fundadores del Blues Argentino: Víctor Hamudis. Me invitó a grabar en su primer disco solista y me empezaron a conocer en Buenos Aires. Pasaron los años y en 2011 giré con los músicos de Vargas Blues Band en España, mostrando mi primer disco, que lo había grabado 2 años antes. Eso me abrió las puertas a muchos países de habla hispana y Europa. En 2012, Duca Belintani me llevó a Brasil y fui muy bien recibido junto a Sebas. Ricardo Tapia produjo nuestro último disco que fue muy bien recibido por la crítica y la gente. Y hablando de la gente, gracias a nuestros amigos que durante tantos años nos viene haciendo el aguante y eso logró que esté acá, ¡con el pecho lleno de esperanzas y de aniversario!

-Hace poco, en el cuestionario que respondiste, contaste un par de anécdotas mortales. ¿Te acordás de alguna tocando una guitarra de otro?

-No tengo muchas anécdotas locas con guitarras de otros, pero me hiciste acordar de una. Any Riwer nos invitó a tocar y me prestó su guitarra. Era muy chiquita esa guitarra y mis manos son más grandes que las de ella. Recuerdo que cuando empecé a estirar las cuerdas; eran tan finas que no sólo se la desafiné, sino que creo que hasta medio se la descalibré. ¡Qué bajón! ¡Perdón Any!

-En todos estos años pasaste todos los momentos posibles. Alegrías y ganas de largar todo. ¿Cómo andamos por estos días?

-Fue un año muy difícil, pero siempre me pasa lo mismo. ¡Es como un envión para afrontar nuevos desafíos! Muy despacito y sin pausa, pero con mucha calma, estoy encarando los borradores de lo que va a ser nuestro tercer disco. Creo que va a ser un poco diferente a los anteriores, pero por sobre todas las cosas, honesto. Salga lo que salga, nunca tuve un éxito y tampoco lo ando buscando, así que la honestidad es la que va siempre.

Vamos armando la previa

-Estamos cerrando otro año de mucha actividad. Te sumaste una vez más al anuario que hacemos en este espacio. ¿Qué cosas pensás que hay que seguir trabajando en Córdoba.

-Creo que hay que seguir trabajando en pos de la unión real y honesta entre músicos y dejar las competencias de quien la tiene más larga. Hay que seguir desafiando los límites y mejorar las propuestas artísticas para la gente. Esta ciudad es cuna de grandes artistas independientes y callejeros. «Por lo menos, así lo veo yo”.

-¿Qué anda haciendo la música nueva que te salió de los dedos últimamente?

-Siempre me sale Blues, pero también salen cosas que no son Blues. Digamos que me estoy animando a tocar cosas que no tienen mucho que ver con el estilo, pero siguen relacionados íntimamente, ya que compartimos 12 notas y sigo usando el mismo diapasón.

-Vamos a tirar centros para todos lados. Después de ir a verte el viernes, qué músicos de Córdoba no nos tenemos que perder en 2016?

-Creo que hay varias bandas y solistas que es imposible dejar pasar, ya sea por su historia, como Daniel Corzo, Rolo Casas, Carlos Carranza, Juan Terrenal, Armando Flores, Hammer y otras más nuevas como Santa Kim, Ivan Singh, Black Roots. Hay excelentes guitarristas. ¡Las Jams que tenemos en Córdoba son muy buenas de verdad! Son parte de la noche de esta ciudad. Imposible no ir alguna vez a ver y vivir esa experiencia. Mi amigo el Lobo está haciendo un buen trabajo con eso.

-¡Falta nada para la gran noche en 990!

-¡Este viernes! Los espero junto a mis amigos de Ironía de locos, Alas del mal, la Jam del Lobo, Jorge Reyna, Diego Mari y mi querida banda que cumple 14 añejos: la Pol Castillo Blues Band! ¡Nos vemos en 990 Arte Club!