Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com
No hay nada que inventar. Las cosas son como dicen los ochenta y cinco resultados de la búsqueda en Google con comillas: ¡Al pan pan y al vino Pritty!
Ochenta y seis: La Pata de la Tuerta no para porque se sabe que perdió los frenos. Está entre las primeras fotos aéreas de cualquier paracaidista bienvenido a la música independiente de Córdoba.
Tres o cuatro sugerencias al paracaidista: Andá por Güemes – Andá por el Abasto – Anotate estas otras direcciones desparramadas – Cuando puedas, andá a ver a La Pata de la Tuerta. Donde toquen es lo de menos.
¿Cómo? ¿Vos nunca fuiste? ¿Cuánto hace que vivís acá? Mirá, hacé una cosa: buscá el paracaídas. ¿Cómo que no te acordás dónde lo guardaste? Tiene que estar por ahí… Cuando lo encuentres, lo doblás (ojo, doblalo bien, no sea cosa que tengamos un disgusto), te vas al aeroclub, te subís al Píper y te tirás de nuevo. Apuntale al Parque Las Heras.
Mientras tanto, vamos juntando las notas que hicimos cada vez que tocaron. ¡Repámpanos! ¡Son un montón! Pero otra vez: ¡Rayos y centellas! ¡Y pejerreyes! ¡Y viejas del agua! ¡Qué descubrimiento! ¡Es la banda que más y que menos hemos difundido!
¿Cómo es la cosa? Paenza no atiende… Veamos: La Pata de la Tuerta es una de las bandas, o la banda que más hemos difundido porque el buscador arroja la lista más larga de resultados. Así de simple. Pero a su vez, sacando la cuenta de todas sus presentaciones en los últimos cinco años, y pensando que cada fiestón podría haber tenido su anuncio, innecesario claro, ¡La Pata es la banda que menos hemos difundido! Ese porcentaje bajísimo de efectividad en la difusión, convertido en números naturales, le pasa la franela con Blem naranja a un poquito más de la mitad de casi todo lo que ha venido sonando. Un poquito bastante.
Antes y después del Míster Músculo, hicieron amistad con unos cuantos compañeritos de ciudad, esos que tardan dos segundos en tirar abrazos y siempre aparecen medio segundo antes de las ganas de todo.
-¡Timbre hijooo! ¡Andá a ver!
-¡No mááá, son los chicoooos. ¡Ya venimoooos! ¡Vamos a la esquina a ver si llueveeeee!
-¡Bueno pero no se demoren eeeehhh!
Años demorándose un rato. La esquina cada vez más lejos… Cada vez menos timbre y más messenger; después sms; después chat de Facebook; después WatsApp. Cada vez más amigos, más instrumentos, más ensayos, canciones, equipos, cables, bondis, folletos, callejeras, escenarios, discos, integrantes, amigos, festivales… Aniversarios.
¡Y recién van por los 15! No está confirmado si coparán el Buen Pastor con vestidos color pistacho o crema del cielo para la foto con las aguas danzantes de fondo. Habría que cerrar los ojos e imaginarlos. ¡No es mala eh!
Por ahora, dos cuestiones.
Uno: La Pata festejará con un recital multitudinario, este jueves 17 de marzo en Studio Theater.
¡Hay que ver los músicos invitados! Capaz que se fueron al pasto, se llevaron puesto el alambrado, se adentraron en el potrero, domaron tres chivos y cuatro chanchos, le barrieron el patio de tierra a la patrona, le tocaron un pasodoble, le hicieron el favor de juntarle los huevos porque pobre doña andaba mal de la cintura, se tomaron tres mates, le arreglaron el ventilador y se fueron a ver qué había del otro lado del galpón.
Esta es la lista de los invitados:
Vivi Pozzebón – La Madre del Borrego – Los Caligaris – Fede Flores – Nenes Bian – Los Cocineros – Cony La Tuquera – Toch – Rompe Coions – Volá Pescao – Tomates Asesinos – Rimando Entreversos – Sabor Canela – La Tunga Tunga – La Cartelera Ska, Ninfas – Narvales – Circo Zeta – Circo Da Vinci.
Hubo un ensayo general la semana pasada. Hay que sacar la cuenta…
La Pata en Studio Theater – 2013
Dos: Invitamos a varios integrantes de la banda a dejarse llevar por tres consignas bien simples. Un paseo por la historia que pasó y la que vendrá. Ya hay disco nuevo para estrenar en 2016.
Gracias muchachada. ¡Por más música y que se llene el cielo de paracaídas!
Lo que más disfrutás de La Pata.
Negra Marta Rodríguez
Todos estos años en La Pata son el relato de muchos momentos, de compartir con la familia, lo bueno, lo no tan bueno, lo que salió bien, lo que casi, lo que no. Mucha gente que ha pasado y ha estado presente junto a nosotros, en algo así como un eterno viaje de egresados, un torbellino de pasiones, porque todos tenemos nuestra locura propia, y con el paso del tiempo hemos aprendido a querernos y a aceptarnos. Creo que La Pata es un ejemplo de lucha, de transformación, es alegría y locura suelta. Cuando La Pata te pasó de cerca, es imposible olvidarla; deja una marca que no se borra nunca. Eso hizo en mi corazón.
Pablo «Tano» Giordano
Difícil decir «lo que más», pero disfruto mucho a la familia de La Pata. De saber que estamos juntos sobre un camino que nos enseña a componer, a tocar, a relacionarnos personalmente, a vibrar en cada show o en cada grabación. Disfruto de ser parte de todo esto, que es mucho.
Ezequiel Rogna
Lo que más disfruté en todos estos años es verme y ver a mis compañeros mutar y volvernos a encontrar de maneras muy diferentes. Hace poco más de cinco años que estoy en el grupo. En un punto, puede parecer poco tiempo; pero en la dimensión atemporal que atañe a la aventura de integrar una banda cordobesa roquera e independiente, es un montón. Lo más grato, entonces, es saber que más allá de las vicisitudes, durante 15 años cada uno de los que formaron y formamos parte de La Pata hemos sabido encontrar en ella un medio de transporte hacia la felicidad compartida.
Manu «Manal» Gigena
¡Qué no disfruto de La Pata! El caos que se genera, en cualquier ámbito cuando suena La Pata de la Tuerta, es lo qué mas me gusta de esta banda, que con mucho respeto pero sin pedir permiso llena de alegría a cualquier persona que se acerque a compartir un pedacito de su locura. Y también me gusta que por sobre todas las cosas, se disfruta cuando se toca, y uno siente que toda la banda lo hace, así sea en el escenario o en la calle, con el colectivo frenándote en la oreja. La cantidad de momentos, personas, lugares y sensaciones que uno conoce a lo largo de este proceso es algo que tampoco se puede dejar de mencionar. ¡Cantidades!
Tebi Giordano
Disfruto a La Pata en cada ensayo, en cada viaje y en cada show en vivo. La pata es la familia elegida; el lugar donde me siento en casa, donde se deja todo lo que uno tiene para dar.
Una anécdota que represente el espíritu de la banda.
Negra Marta Rodríguez
Cuando viajamos a México, una parte de la banda lo hizo en una fecha y la otra mitad unos días después. Los de este segundo grupo teníamos pasajes sujetos a espacio, algo así como una gran lotería, y algo más si se quiere, porque casi ninguno había siquiera subido a un avión para saber de qué se trataba. ¡Imaginate la emoción desbordante de todos! Llegamos al aeropuerto cargados con mucho equipaje, parte de los equipos, y de tan temprano que llegamos, estábamos primeros en una fila que se hizo larguísima. Todo se demoró ese día y cuando finalmente dieron atención al público nos vieron el pasaje y secamente nos dijeron: «Ah no, con ese pasaje no… No hay lugar chicos, despejen la fila…” Desde ese momento no paramos de ir a hablar con este, con la otra, con el de la aerolínea, con el del call center. ¡Estábamos entrando en pánico! No teníamos margen para viajar pero nos decían que no iba a haber lugar en muchos días… Teníamos que llegar antes del primer concierto, que era uno de los más importantes en la Cumbre Tajín. Ese día fue una locura. Finalmente el avión estaba descompuesto y se pasó todo para el día siguiente. Como este pasaje era modalidad “Has lo que puedas”, toda la gente se fue a un hotel y a cenar y nosotros nos volvimos a lo de un amigazo el Boa, que nos recibió de nuevo en su casa. Al otro día fuimos medio entregados pero dispuestos a dar la vida por ese viaje. No sé si por insistidores, luchadores de la palabra o rompebolas mal, en el momento que creíamos perdida la batalla nos pasaron los datos, subieron todo nuestro equipaje y nos pegaron el grito: “¡Corran que se va el avión!” Jaja no sabés cómo pasamos los detectores y todas las pasarelas hasta entrar al avión donde la gente nos conocía por el bardo de la cola de dos días. Hasta algunos decían «¡Ahí vienen los músicos!» Tan rápido pasamos que terminamos brindando felices de la vida con unos sanguchitos que armamos con queso, jamón, mayonesa y pan que teníamos en una mochila. Y sí, viajamos a México. La pata es eso, a pesar de los tropiezos o de lo que no nos salió bien del todo, o nos equivocamos, siempre fuimos para adelante. ¡Salud!
Pablo «Tano» Giordano
Una anécdota que representa el espíritu pechador y encarador de la banda: estábamos en la costa uruguaya. Tocamos más de 50 veces en un mes. Una noche queríamos tocar sí o sí en un bar. Nos reunimos con el dueño y el loco nos pregunta: «¿Cuántos son?» Le respondimos: «¡Doce!» Y nos dijo: «¡Uh pero tengo un solo micrófono!» Y ahí nomás le dijimos: «¡Trato hecho!» Y allá fuimos. ¡Y detonó! Ja.
Ezequiel Rogna
Verano de 2011. Primer viaje a la costa uruguaya. Llegamos a Valizas, dormimos en la arena y al otro día gestionamos un techo. Esa misma noche salimos a hacer una callejera y nos paramos frente a “El Rey de la Milanesa”. Se empezó a juntar gente y a los pocos minutos copamos el lugar. En un momento apuntamos para la playa y, a medida que avanzábamos, se iban sumando más y más. Ya éramos decenas, cientos de siluetas danzantes que llegábamos al mar. Tocamos todo lo que teníamos y cuando la cosa se diluyó volvimos al pueblo. Ahí caímos en la cuenta de que, entre la adrenalina y la oscuridad, nadie había pasado la gorra. Estábamos en un brete porque no teníamos garantizado el «sánguche». En esas circunstancias, vi a uno de los muchachos de la banda que estaba llorando. Me acerqué y le escuché decir: “Lo que vinimos a buscar, ya lo encontramos”. Acto seguido, redoblamos con la callejera, llevamos gente hasta el boliche y la casa invitó la cena.
Manuel «Manal» Gigena
Volviendo de la última gira por Uruguay, varados en un camping, esperando un repuesto para el auto del Tano que se había roto, tocamos sólo tres integrantes, ya que el resto se había pegado la vuelta, algunos por el día de los pasajes en bondi, otros por laburo, qué se yo… La formación fue triste porque ni los instrumentos teníamos. El Tano bien, con el acordeón; el Mati con la criollita de viaje, y yo con la güira. Después se sumaron un par con la bata y el bajo de la banda que tocaba esa noche ahí y mejoramos bastante jajaja, imaginate. Al final nos fue bárbaro porque la gente de ahí ya nos conocía, ya que habíamos tocado al comenzar la gira, y hasta vendimos discos y una remera que nos quedaba. A las ganancias las invertimos inmediatamente en la barra. ¡Fuimos muy felices y colorín colorado! Jajaja.
Tebi Giordano
Una vez, tocando en Ciudad Universitaria, a altas horas de la madrugada, una de las patas de la banqueta de la batería se metió en un hueco que tenía el escenario. ¡En medio de un tema desapareció el baterista de la escena! Me caí de espaldas desde dos metros más o menos. ¡Por suerte había un par de músicos de otras bandas atrás del escenario que lograron amortiguar un toque el golpe!
¿Cómo ves La Pata dentro de 15 años?
Negra Marta Rodríguez
¡Qué difícil tantos años! La verdad, esta es una banda tan especial desde su inicio… Puede llegar a cambiar tanto que no lo sé, capaz que cambiamos hasta de sexo, jajaja. Viejos sí, ¡en 15 añitos más seguro que más viejos! Más que un pronóstico, diría que es un deseo: Ojalá estemos vibrando locos y contentos y sigamos compartiendo esta vida de música y amistad.
Pablo «Tano» Giordano
Esta semana cumplimos 15, o sea entramos en la adolescencia, a partir de ahora ya podemos fumar, beber, ir a boliches, besarnos con alguien. A los 30 ya estaremos con auto, casa e hijos, ¡como cualquier hijo de familia ¡¡¡Jojo!!!
Ezequiel Rogna
Creo que el futuro de La Pata está más allá de lo imaginable. Si a alguno de los miembros fundadores le hubiesen preguntado en el 2001 cómo iba a ser la banda en el 2016, habrían estado lejos de acertar con su respuesta. Por eso, cuando me lo consultan, sólo digo que nos imagino más gordos y más pelados. Eso es lo seguro. Lo demás se verá.
Manuel «Manal» Gigena
¡Me la imagino el doble de loca, el doble de pobre, el doble de gente, el doble de calidad y el volumen al doble!
Tebi Giordano
Imagino una banda más numerosa que la que tenemos ahora, viajando en un bondi a tocar para todos lados. ¡Viejitos y rockeándola!
Agendá:
La Pata de la Tuerta festeja 15 años en vivo.
Jueves 17 de marzo – 22.30 horas.
Studio Theater – Rosario de Santa Fe 272.
Entadas anticipadas en Punta y Hacha (Belgrano 612): $80.
Entrada a la cena de celebración + show: $150. Contactar a la banda por mensaje privado de Facebook.
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