Entrevista

Fer Romero presenta «Color Canción»

11-08-2014 / Agenda, Entrevistas
Etiquetas:

Este domingo 17 de agosto a las 22 horas en El Vecindario, el músico estrenará las obras de su primer disco. Aquí una aproximación, tema por tema, desde sus impresiones.


Fer Romero presenta «Color Canción»

Por | redaccion351@gmail.com

De vez en cuando la vida -gloria y loor a Joan Manuel-, nos sitúa en actividades inesperadas. Estamos de repente sentados en un curso de «gestión eficiente del tiempo». A cococho del título y del capacitador que gana un dinero interesantísimo por haber preparado tres diapositivas y tener un poco de valentía para sostener la mirada y el discurso, todas las premisas consabidas: la vida es corta; el tiempo es dinero; hay que ser productivos, o más exactamente: «sentirse productivos».

El rango de la asistencia abarca robots que programan cada minuto de sus horas en planillas de cálculo inapelables y herejes que se dispersan felices, admirando de reojo el plumaje de una torcasa que se paró, muy donosa ella, en el compresor de aire acondicionado junto a la ventana del aula. Pensamientos voladizos: «¿Es gris con manchitas blancas o blanca con manchitas grises? ¿Qué le habrá pasado que arrastra el ala? A lo mejor se para en el compresor porque la vibración le masajea las patitas… ¿Tendrá hambre? Pobre debe tener hambre, le voy a comprar un criollito. Ahí vengo no te vayas eh…»

Diez metros antes de la panadería, encuentro en la esquina y disco flamante en las manos. Primer trabajo de artista local. Cambio de carátula. Sale «Gestión eficiente del tiempo». Entra «Tiempo de música nueva».

De regreso, con la torcasa desplumada por el primer viento de agosto y con el mate en coma inducido, abrimos el sobre de papel madera y aparece «Color Canción», de Fer Romero. Desde un corner superior de la tapa blanca, se derraman piezas de un Tetris troquelado. Dispersión: todos jugamos alguna vez al Tetris. Los que rondamos la edad de Romero, supimos sentarnos frente a esos armatostes de nerolite ploteado (y bueno, ¡en esa época se decía nerolite!) a jugar al Pac-Man, al 1942, al Wonder Boy, al Gálaga, al Rygar, al Mortal Kombat, al Bubble Bobble, al de la bolita que tumbaba ladrillitos, al Mario Bross, al del viejito que iba por el cementerio con la armadura y tiraba fueguitos o espaditas o lanzas para matar fantasmas, y claro, al Tetris. Difícil encontrar un videojuego que represente de modo más acabado la necesidad de organizar el tiempo y el espacio de manera eficiente. Pero en la tapa del disco, las piezas no simulan el metal ni caen perfectamente horizontales o verticales. Por obra y gracia del arte, las piezas aparecen en origami y caen torcidas, dispersas, como la vida misma cuando, gloria y loor a Joan Manuel, se hace de nuestra medida, toma nuestro paso y saca un conejo de la vieja chistera.

En el otro corner de la tapa camina Fer Romero con su guitarra. Los interiores del tríptico muestran sus pasos descalzos cruzando un arroyo y un poco más adentro, dos textos hermosos, uno tomado de «La Redonda», espacio cultural de Santa Fe; el otro, del autor. El primero termina así: «Tal vez tengamos que volver a mirar, como los chicos, las alas de la mariposa y subirnos nomás a los colores, para empezar todos los días, poniéndonos la vida como ropa.» En una parte del segundo, dice Romero: «En cada una de estas canciones aparece un matiz diferente. Han sido para mí, plena catarsis desde su nacimiento: un color que individualiza cada letra y cada armonía, un paisaje, un amor, una lucha, un aroma y la inevitable nostalgia de un momento, intento egoísta de eternizar el tiempo.»

Desde esta introducción, suenan los once temas del disco. Hay ocho composiciones propias y tres versiones.

Gestión del tiempo verbal: Hay mucho por escuchar, para descubrir. Cambio: Los días que siguieron al encuentro con «Color Canción» se fueron haciendo amigos de las zambas, chacareras, gatos, jotas y demás canciones, todas dignas de un primer trabajo admirable. Cambio: Le vamos a preguntar a Fer Romero por sus letras y sus músicas. Cambio: Nos respondió hermosamente. Cambio: El ida y vuelta es un deseo de encontrar al lector en El Vecindario, este domingo, para festejar otra producción de este tiempo. Cambio: La música actual de muchos músicos de Córdoba… Predicado tácito de tan contento. Cambio: sale entrevista de paseo por las canciones:

El inicio del disco es una síntesis posible de nuestra historia. Hay amor a la tierra de uno, la necesidad de una copla que suene desde el corazón, de una sangre nueva para una lucha que es eterna. Y se escucha el audio de la promulgación de la ley de la música. ¿Cómo surgió «200 Ayer»?

Esta composición es muy especial para mí. Es una de las canciones más antiguas a comparación de las otras que integran el disco.
Nació así, casi sin querer, muy naturalmente, en medio de todas las discusiones y opiniones con los fondos del Banco Central para los festejos del Bicentenario; retratando también un poco mi ideología y el análisis que me provocaba la discusión en cuestión.
Incluí el momento en el que se promulga la Ley de la Música porque me parecía que era una manera de festejar una “buena”, después de tantos años de silencios y de censura. Es una política más que nos incluye y que a mí me toca muy de cerca.

“Un derecho de nacimiento” abre la parte del disco donde celebrás obras de otros autores, en este caso de México. ¿Cómo te llegó esta canción?

Así es. La versión que escuches te entra directamente al corazón y también te lleva a la reflexión; es una canción bellísima de Natalia Lafourcade, la cual me llegó por una amiga que me hizo escuchar una versión acústica. Instintivamente la comencé a tocar y se me fue para el lado de una seudo rumba. Mi apellido, mis genes, tuvieron un rol protagónico a la hora de arreglar mi versión. Como un evento casual y afortunado, dentro de poco, en septiembre y octubre de este año, voy a estar presentando «Color Canción» por tierras aztecas.

Un adelanto:

 

En “Cantan lo suyo” aparece Mariano Luque, justo para una chacarera de Mario Sosa que habla de los que aparecen cuando hace falta cantar lo propio contra los que van en manada. Podemos hablar de tu relación con Mariano.

«Cantan lo suyo» es una chacarera muy linda del Mario Sosa, que hace mucho tiempo viene acompañándome en el repertorio. Poder contar con Mariano Luque para esta versión fue un gustazo; fue sellar un vínculo de amistad a través de la música; es lo que compartimos en lo cotidiano; él también es compositor y sabe lo que significa cantar lo de uno.

La melodía principal de “La Copla y yo” es una belleza, un hallazgo esa guitarra. Trae de repente el clima de algunos temas de Silvio Rodríguez pero celebra una copla candombera bien local. ¿Cómo se armó la instrumentación de este tema?

Esta canción es una de las más contemporáneas (hablando cronológicamente) de mis composiciones. Me representa mucho, representa un momento que estaba transcurriendo. Fue una especie de espejo en ese momento, catarsis musical que siempre me ha acompañado. A contramano de mi ánimo, la compuse en rítmica de seudo candombe, como un salvavidas del momento. Tuve la suerte de contar con amigos músicos que supieron interpretar los arreglos y la vistieron de color. Para el cierre, soy ese, un negro cordobé’ que anda con sus canciones por ahí.

Una opinión de nadie: “Hilito de agua” pinta para otro clásico de la música de Córdoba que trae imágenes de la Cañada. Los arreglos de vientos y de voces elevan la composición sin perder el aire de entrecasa. Hay una luna que bosteza, una mujer llorona, un bolichón. La vidala deja entrever una noche larga, una historia de la que nos gustaría saber más.

«Hilito de Agua» es una vidala canción, que también retrata momentos, en este caso, Barrio Güemes, que ha protagonizado muchísimos momentos de mi formación como estudiante, músico, compositor, como persona. En medio de la composición me encontraba por mudarme de este barrio, una nostalgia insoportable que me duro varios meses. Por suerte y gracias al destino, volví otra vez.
Así nació, en medio de sentimientos encontrados. Por el toque de Juan Herrera en flauta traversa, Jorge Osses en bajo, Sergio Suárez en batería y Ana Rodríguez en coros, la canción superó altamente a mis modestos arreglos.

La “Jotita con Gusto a Río” es un viaje en el tiempo. ¿Cómo es Villa Santa Rosa desde tus días en la ciudad?

La canción relata paisajes antiguos y actuales, así mismo también los personajes. Es una localidad hermosa, turísticamente incorrecta quizás, pero con una frescura particular que tiene el interior de Córdoba. Estuve dando clases de música en esa localidad por algunos años. Tuve la bendición de conocer amigos y colegas que me han brindado lo mejor de ellos, con los cuales todavía mantengo contacto, nos visitamos y demás. La composición fue una especie de homenaje y de celebración a la amistad. Hace desnudar mi cariño a ese pueblo gracias a su gente.

“Patrón de Boliche” es una invitación a conocer a Don Pepe en profundidad. La comparación con Juan Panadero en los versos, que además hablan de guitarra y bandoneón, nos invita a ir donde sea para conocerlo. ¿Quién es ese viejo maestro?

José es un gran personaje de Barrio Alberdi, dueño de su “boliche”, amable y cariñoso como los machos de antes, de esos que aprietan el puño fuerte y que despiertan sensibilidad en sus ojos. Don Pepe es músico, de los melómanos que tienen el talento de ejecutar varios instrumentos y muy bien. Su personalidad, a simple vista, no tiene desperdicio. Era una “fija” escribirle una canción; si fuera cineasta le haría un cortometraje. Su historia es hermosa y a la vez triste. En él conviven y se entremezclan esos sentimientos y el resultado es una persona muy noble, que conoce el valor de las cosas que importan. En la instrumentación comparten conmigo Francisco Laguzzi en percusión y Chelko Pajón que pinta el sonido de ese boliche con su fueye.

César Fernández acompaña en la autoría y en la interpretación de “Pateando soledad”. Imagino sus vivencias. ¿Cómo es esa relación?

Es un amigo, colega y también un protagonista más de la actividad musical en Córdoba capital. Fue un gran gusto que él me haya confiado una música para componer la letra. Fue una experiencia muy linda poder plasmarlo en el disco y también de compartir con la grabación. «Pateando Soledad» es una de las pocas canciones que compuse en dúo, y también es un lazo que perdura en el tiempo, una muestra más de seguir proponiendo canciones nuevas.

“Gatito pa’ la Totó” es una belleza. ¡Tenemos que saber algo de ese animal! ¿Cómo es eso de la pelela?

¡Jaaja! Este gato lo compuse en 10 minutos creo, la letra salió fugaz y espontánea. La Totó es una gata muy particular, tiene manías de otro animal, un personaje en plenitud. Estuve muy apegado a ella, una relación muy especial que no está en los estándares de Amo y Mascota. La canción describe un poco esa relación, y su instrumentación deja ver esos matices.

¿“Crónica dominguera” habla de una juntada en particular que se repite? ¡Es una fiesta que no se termina! ¿Cómo hay que hacer para asistir? ¿Qué llevamos?

See…  Se repite siempre por suerte, y también es larga. Termina cuando la sed se calma y las gargantas no aguantan más. Esta es una canción a mis amigos, a los que comparten ese ritual, como hace todo grupo de amigos; en este caso nosotros compartimos la pasión por la guitarra y la música, por el encuentro de esas juntadas, siempre celebradas con asados y unos vinitos. Cantamos y tocamos lo que nos sale en el momento, ahí se termina todo. Ro rige repertorio alguno. Nos encontramos despojados de cualquier estructura y la verdad es que lo disfrutamos mucho. ¡Están invitados cuando quieran!

El final saluda a Tejada Gómez junto a Mario Díaz. ¿Cómo se dieron esos dos lujos, además de la evidencia de una zamba bellísima y de un músico enorme?

La zamba canción es una obra tremenda, un reflejo del desamor que está muy alejado de lo “cursi”, donde el vuelo poético es inmejorable. A eso, agregarle la voz de Mario, es el combo perfecto, no lleva a más análisis porque caería en lo obvio. Puedo decir que siento un profundo orgullo y emoción de haber compartido esta canción con quien fue y sigue siendo una guía musical, que siempre tiene una palabra, un consejo o el simple gesto. Mario es una persona que quiero, respeto y admiro mucho, todo lo demás redunda. El resultado de ese cariño está materializado en la canción compartida.

Canción de Lejos

 

Es de suponer que la presentación del disco será una fiesta. ¿Cómo estás viviendo todo este tiempo?

Este proceso es muy lindo como también agotador. Suelo vivir estos momentos con mucha ansia y tensión. Me gusta mucho disfrutar de esta etapa, en la que se va cocinando todo. Aparte de lo musical, también soy mi propio productor y esto conlleva otra responsabilidad. Tengo el privilegio de contar con personas que materializan mis  “caprichos” por decirlo de alguna forma. Hay un equipo de trabajo hermoso que contagia, que proponen, debaten y laburan incansablemente. Todos guiados y animados por el amor que nos profesamos y nos tenemos. En ese equipo está mi novia, que es una cómplice de este proyecto y parte fundamental (Yanina Yossen); también mi hermana que está desde el nacimiento de «Color Canción» (Yanina Romero) y también mi hermana del alma con la cual compartimos muchísimos años de amistad (Mariana Mengarelli). Y muchos otros amigos más que trabajan por un amor inagotable al arte y particularmente a este proyecto. Nahuel Clausen en fotografías; Majo Losanto y Esteban Cabrera en audiovisuales; Eli Rodríguez en prensa. Y todos los músicos que me acompañan para la gira de «Color Canción»: Julian Beaulieu; César Sánchez; Jorge Osses, Chelko Pajon y Sergio Suarez. Esperamos con muchas ansias y alegría esta presentación, y también queremos poder dejar la alegría y el amor que nos provoca la música para todos los presentes.

 

Agendá:

Fer Romero presenta su primer disco «Color Canción».

Domingo 17 de agosto – 22 horas. 

Espacio El Vecindario – Marcelo T. de Alvear 835. 

Entrada: $45.