Con permiso

Un método

13-05-2018 / Con Permiso, Lecturas
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Una propuesta. Sin mezquindad. Alguien cercano o lejano que no odies. Un tema que te apasione para convidar. El corazón como si fuera un conejo. Que te lata en la mano.


Un método

Por Luciano Debanne.

Tengo un método. No es una doctrina, es sólo un método y con ello una propuesta, para discutir en estos días.

Elegís a alguien, cercano o lejano, alguien a quien no odies. Eso es importante. El odio bloquea cualquier cosa, es demasiado poderoso.

Elegís a alguien y elegís un tema. No puede ser al azar, tiene que ser algo sobre lo que sepas, que te apasione, algo que quieras convidarle a esa persona.

Y entonces te parás al frente, todo vos, sin mezquindad.

Sacás un hacha, puede ser de esas grandes y filosas, o chiquita y rústica, cavernaria. Cada cual según sus posibilidades.

Sacás tu hacha y le das un hachazo en el pecho, un golpe seco o dos. Hasta que llegues al corazón, latiendo. Y metés la mano, toda la mano, sin asco, y le agarrás el corazón. Como si fuera un conejo, firme pero dulcemente.

Y entonces se lo sacás del pecho, sin romper ni una vena, ni una arteria, de las importantes, algo se irá a romper igual. Lo sacás entero. Que te lata en la mano, que te corra la sangre caliente por la muñeca.

Lo sacás y que se airee, el corazón de esa persona, en tu mano. Y entonces le pasás el hacha y te abrís la camisa.

Y así charlas sobre lo que tengas que charlar.

Y cuando terminen le volvés a poner el corazón en su lugar, y le coses las heridas con toda la dulzura de la que seas capaz.

Y le decís chau, nos vemos la próxima, que gusto verte, que no se corte.

Si tenés suerte la próxima vez que se vean te va a regalar su hacha y vos le darás la tuya.