Desde Güemes para Córdoba

“A esto lo planteamos como una apuesta”

16-05-2011 / Entrevistas
Etiquetas: , ,

Los realizadores de la Revista Azor nos cuentan cómo pensaron, crearon y ahora sostienen una iniciativa cultural prometedora.


“A esto lo planteamos como una apuesta”

Por | saguirre@redaccion351.com

Foto: Facundo Martínez | fmartinez@redaccion351.com

La tarde del sábado regala a Córdoba un sol majestuoso. Caminar el barrio Güemes en un día así es explorar un paisaje urbano que sintetiza el espíritu local. A cada paso, podés confirmar una sospecha: el corazón de La Cañada está acá. No es difícil percibirlo. La historia y el presente de la ciudad invaden cada una de las imágenes que habitan estas calles.

En uno de los tantos bares que rescata a la bohemia como menú principal, un par de estudiantes comparten charla y cerveza. Metros más adelante, un tipo que los triplica en edad lustra en detalle uno de los relojes de su casa de antigüedades. En una sola cuadra, Güemes comprime al tiempo y su esencia.

Los creadores de la revista Azor caminaron este barrio muchas veces. En esos recorridos supieron apreciar las particularidades de la zona. Descubrieron que había historias que merecían ser contadas, imágenes para inmortalizar en fotos, momentos que no podían quedar librados al olvido. Entonces pensaron caminar el barrio de otra forma: con una revista bajo el brazo.

Los apostadores de Azor, abriéndose camino

Valeria Loser, María Constanza Prieto, Esteban Torino y Ana Laura Vargas llegan al bar acordado para la entrevista. Vienen con impronta propia: abriéndose camino en el barrio, acompañándose en el paso, compartiendo ideas. Los apostadores de Azor son un número par y quizás eso no sea casualidad.

-¿Cómo se les ocurrió la idea de hacer Azor?

Esteban: La idea nació cuando empezamos a pensar nuestro trabajo final para recibirnos de la Licenciatura en Comunicación Social (UNC). Buscamos hacer algo que nos sea útil, donde combinemos todo lo que aprendimos en la carrera con algo que nos sirva para después. No queríamos hacer más de lo mismo.

Constanza: Queríamos hacer una tesis que terminara en un producto gráfico. A eso lo teníamos claro. De ahí en adelante no sabíamos qué íbamos a hacer o cómo íbamos a trabajar. Lo difícil era que nos gustara a los tres. Había muchas ideas pero pocas en las que acordábamos. Cuando pensamos en trabajar con el barrio Güemes nos sentimos cómodos con el tema, nos gustaba el espacio. Después de que decidimos esto vimos qué quería la gente: investigamos en archivos, hicimos encuestas.

La entrevista se interrumpe cuando llega la moza para saber qué queremos tomar. Ellos no lo dudan: piden el mate que el lugar ofrece. Ese ritual que compartieron incontables veces mientras pensaban su proyecto, ahora se repite pero con otro fin: contar cómo están haciendo aquello que, entre mate y mate, pensaron y que ahora, también entre mate y mate, están creando.

-¿Por qué decidieron sacar la revista en Güemes?

Valeria: Porque acá no había un producto que sea propiamente del barrio y nos parecía que había mucho por contar de este lugar.

Ana Laura: Es un barrio típico que conserva muchas cosas de lo viejo pero que se está reconstruyendo todo el tiempo. La zona tiene vida propia.

E: Nosotros acá encontramos un nicho interesante. Vemos que se produce y reproduce cultura todo el tiempo.

A.L: La gente nos dice: “Se les va a terminar lo que tienen para difundir”. Nosotros vemos que se están haciendo tantas cosas y hay tanto por hacer… estamos seguros de que eso no va a pasar.

E: Además, no tenemos una idea cerrada de la cultura, vinculada sólo a cuestiones artísticas. La cultura va mucho más allá: abarca los modos y las historias de vida. Hemos recuperado historias como la de la hija de Azor, entre otras. Acá hay mucho por contar y se ve que a la gente le interesa este espacio porque lo transita. Viene gente de afuera, es un barrio que ha vivido siempre para afuera y sigue llamando gente. Ahí estuvo nuestro interés.

-¿Por qué el nombre Azor?

E: Cuando estuvimos investigando, llegamos a Azor Grimaut, un periodista y escritor cordobés que había escrito mucho sobre La Cañada, sus personajes típicos, la Córdoba de antaño. Era un nombre fuerte en la historia y en la cultura de acá. También, buscábamos algo que sonara, un nombre que la gente recuerde.

Después de que sacamos la revista, fuimos a presentársela a la hija de Azor, que vive acá en Güemes. Estaba chocha, ella y toda la familia.

-¿Cuáles son los objetivos que tienen con la revista?

M.C: Que sea “la” revista del paseo.

A.L: Más allá de lo que físicamente es el paseo en sí.

M.C: Eso en un principio. Obviamente que queremos crecer, no solamente en pliegos.

E: La idea es difundir todo lo que se hace en Güemes a nivel cultural. Pero no queremos que la revista se haga y se distribuya acá. Queremos que salga, dar a conocer el barrio en la ciudad.

A.L: A eso nos referimos cuando decimos que buscamos ser “la” revista del paseo. Que toda la gente la relacione con la identidad que tiene esta zona. Estéticamente también buscamos eso.

Por momentos, mientras charlamos, sus miradas observan un rincón del bar. Ahí, donde clavan los ojos, dejaron antes algunas revistas. Cuando los ojos de la gente se dirigen hacia el mismo punto, van a buscar un ejemplar. La tapa actúa como un imán y eso demuestra que estéticamente, además de generar identidad, logran empatía con el lector. Hablamos entonces sobre las repercusiones.

El equipo de Azor

Se dice de Azor…

-¿Qué recepción tuvo y está teniendo la revista?

E: Desde el ámbito profesional tuvimos una sorpresa muy grande en el primer número. Nos llegaban mails de periodistas, de personalidades que no conocíamos personalmente, felicitándonos y dándonos su apoyo. Por ejemplo, nos escribió un periodista de Buenos Aires, diciéndonos que era nuestro fan porque le gustaba la propuesta y la compartía, porque vivió en Barrio Güemes y por medio de la revista se remontó a su infancia. Otro de nuestros objetivos es ese: que cada lector se sienta parte del proyecto.

V: Respecto a la gente del barrio, están todos chochos porque no había un medio como este. Si bien entre la gente que viene muchos están de paso, después nos dejan mails o comentarios en facebook. Nos han llegado mails de pueblos del interior, nos dicen que está buena la idea, que no conocían el lugar, que quieren conocer más.

E: Tratamos de abarcar a todos los públicos a los que puede llegar a gustarle la propuesta, a la gente que capaz no tiene interés en el barrio pero que quiere ver una revista atrayente.

A.L: O a personas que no vienen al barrio pero que leyendo las notas pueden dimensionar las actividades que hay, acercarse. La propuesta de la “revi” es abierta. Por eso la redacción es simple. La idea es que sea masiva.

Una apuesta que quieren ganar

-¿Cuál es hoy el desafío más grande para Azor?

C: Un desafío importante es lograr un apoyo fuerte del barrio desde lo comercial.

AL: Queremos que ellos sientan a la revista como parte del barrio. Así como nosotros queremos apoyarlos y difundir lo que hacen, esperamos que ellos también estén con nosotros. Sentimos que hasta ahora es algo que va pasando, y eso que recién sacamos dos números. Al principio vinimos a venderles algo que todavía no había salido, era difícil. Después de que salió el segundo número, la gente del barrio nos paraba, nos decía que la habían leído, que la habían visto, que la habían buscado. Pero también hay otros negocios, otra gente que todavía no la conoce. El desafío es llegar a que el barrio realmente se sienta identificado con la revista.

V: También queremos crecer. En ese sentido, una de las cosas que pensamos es aumentar la tirada, que ahora está siendo de dos mil ejemplares.

E: Desde el primer número a esto lo planteamos como una apuesta. No sabíamos ante qué nos encontrábamos. Lo único que sabíamos y de lo que estábamos seguros era que esto iba a ser un laburo de todo un año. La tesis fue la base.

Ana Laura, que forma parte de la revista pero no integró el grupo de tesis, comenta que esa “base” se calificó con 10 puntos. Ahora, con dos ediciones en la calle, no saben qué puntaje usarán los lectores para calificar la revista. Las primeras repercusiones reconocen en Azor una propuesta gráfica original y con futuro. Valeria, María Constanza, Esteban y Ana Laura trabajan para ello.

Salimos del bar y la luna resplandece en La Cañada. Según lo acordado, dos de ellos salen a caminar Güemes. Sus pasos quieren dejar huellas. Para eso, se pierden entre las luces del barrio. Se sumergen en esas calles para relatar historias que merecen ser contadas, inmortalizar imágenes en fotos, registrar momentos que estos apostadores saben que no pueden quedar librados al olvido.