Crónica y Fotos: Eli Kenny.
Pasadas las 22 horas de una noche de viernes cálida, Soema Montenegro sube al escenario de El Vecindario y, para sorpresa de todos, comienza a cantar «Semilla» a capella. La segunda entrega de una serie de diálogos musicales comienza con la voz despojada y cristalina de una gran cantante que sabrá manejar los tiempos de la emoción.
“Abril con Amigos”, ciclo que tiene a Vivi Pozzebón como anfitriona, es otra de las buenas ideas que nutren la actividad musical de Córdoba al permitir el cruce de búsquedas cercanas con sonoridades nacidas en diferentes latitudes. Por eso florecen los primeros aplausos para la talentosa artista nacida en Buenos Aires.
«Camalote» es una canción escrita para sus padres, una melodía hermosa sobre los viajes, sobre las alegrías que el camino sabrá disponer en todo su recorrido. Soema canta sobre los acordes de su cuatro venezolano y la música se derrama entre las mesas.
«¿Están bien?», pregunta a un público que es todo sonrisas. «Esta bueno, porque es un concierto bastante íntimo para mí, entonces uno puede contar otras cosas desde la canción, compartir algo que con las súper bandas no se logra. Bueno, hay otro tiempo…”
El relato de una canción sobre sus abuelos del litoral es un paisaje que se abre para volver a disfrutar de una gran voz. «Florcita” es un hermoso tema dedicado a las mujeres, a las soñadoras, “a ese corazón que ‘flashea’ con todo”. «Flor de cantú» es otro momento de sensibilidad a flor de piel.
Después de un primer paseo por sus discos, Soema devuelve el gesto que la trajo a Córdoba e invita a Vivi Pozzebón. Luego del saludo, la charla entre las artistas gira en torno a «Cuando pasa», una extraña canción de cuna que reúne voz y percusión.
Vivi y Soema se conocen a partir del programa de igualdad cultural “Se trata de Nosotras”. Anteriormente, por De Boca en Boca, cuarteto inolvidable que la cordobesa integró. «A través de nuestras canciones, acá estamos», expresa Vivi, para luego dar pie a una versión a dúo, llena de color y ritmo, del clásico de Luca Prodan, «Mañana en el Abasto».
La anfitriona se queda en el escenario y agradece por la posibilidad de llevar adelante un ciclo de encuentros, a partir de escenarios íntimos y «caseros». Un público repartido entre cervezas y pizzas escucha atentamente cómo poco a poco las dos artistas se van encontrando en la copla, en el diálogo de sonidos latinoamericanos.
La autora de «Tamboobeat» y «Madre Baile» libera su música, su esencia de percusión también desplegada en las canciones de «Vivir en la Tierra». La «Milonga de Güemes» es un momento alto de la noche, un canto al lugar donde justamente está sucediendo el recital, entre coros y aplausos.
Vuelve Soema para rendir tributo, junto a su anfitriona, a la gran poeta y cantautora chilena Violeta Parra, “una gran referente de las mujeres que cantamos en Latinoamérica”.
Los agradecimientos preceden a «Niña», una canción que habla de esa espontaneidad que vamos dejando a lo largo de los años. El saludo final, esa reverencia a modo de agradecimiento, convierte al Vecindario en un pedido de más. No podrán faltar los bises para cerrar una noche de alegrías compartidas.
El próximo encuentro del ciclo «Abril con Amigos» en El Vecindario será el próximo viernes 22 de abril. Vivi Pozzebón compartirá escenario con el percusionista rosarino Carlo Seminara. Para no dejarlo pasar.
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