Por Diana Nicodemus | dnicodemus@redaccion351.com
En redacción 351 acompañamos a la fiesta que conmemora al solsticio hace tres años. Una vez más, la zona próxima al Teatro La Luna se alumbró con las chispas de las fogatas. No había luna para pedirle deseos, pero muchos tiraron papelitos al fuego quemando esas cosas que no quieren que pasen nunca más.
El festejo comenzó temprano este año. Entrada la tardecita, tipo seis de la tarde, ya se amuchaba en la intersección de Fructuoso Rivera y Pasaje Escuti. Muñecos de cartón y madera desfilaron por las calles cercanas a la Cañada y luego ardieron al ritmo de tambores, gritos y bailes.
Es una costumbre y cada solsticio se hace más famosa. La fiesta de San Juan ya está asociada a Barrio Güemes e invita cada año a bailar y purificar los cuerpos.
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