Future Ted, Soul Touch y la Funky Animal Orquesta se presentaron en Club Paraguay

23-05-2016 / Crónicas, En Vivo
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La noche del sábado 14 de mayo fue una fiesta de funk, soul y pop-folk en el Abasto. «Club Negro» voló más de una peluca.


Future Ted, Soul Touch y la Funky Animal Orquesta se presentaron en Club Paraguay

Crónica y Fotos: Eli Kenny.

Una ocasión inmejorable para homenajear a la música negra, a los pantalones patas de elefante y al movimiento de hombritos. La edición de “Club Negro” reunió a tres proyectos notables de Córdoba en el escenario de Club Paraguay: Future Ted, Soul Touch y la Funky Animal Orquesta.

Cerca de la medianoche, las luces de colores encendidas comenzaron a recibir a los primeros asistentes. La expectativa crecía desde las perillas de DJ Volumen.

Pasados los primeros minutos de la una de la madrugada, los Future Ted liberaron sus acordes pop-folk. El dúo integrado por Florencia Lucena y Diego Mema repasó su gran álbum “O’Clock”.

Con la noche en pañales y la música en las sonrisas del público, la cantante preguntó: “¿Seguimos con los temas sentimentales o vamos con unos más movidos?” Fue suficiente para soltar una hermosa versión de “Simple kind of life” de No Doubt. El cierre con “Green” y “Owners” dejaron el mejor clima.

 

Luego del primer recreo, un rasguido de guitarra marcó el inicio de la presentación de Soul Touch. “¡Bienvenidos y bienvenidas al Club Negro!” gritó Marcos Porras, bajista de la banda luego de la apertura. Un despliegue impecable de ritmos y climas cubrió el recinto, a esa altura colmado, desde la voz de Matías Lubrina interpretando las canciones de «Changing from Soul», primer disco de la banda.

 

Con la noche a punto caramelo, los once integrantes de la Funky Animal Orquesta poblaron el escenario para detonar el baile. Vientos, teclados, tambores, bajo, guitarra, batería, la voz de Ramiro Sánchez y de Paula Rodríguez desparramaron funk del mejor con un sonido estupendo, como desde el principio. Ya no cabía un alfiler.

La FAO se encargó de cerrar una noche voladora de pelucas, con saltos, aplausos y gritos de todos los colores.

Una gran noche repartida en tres bandas para mantener el brillo de la música negra. ¡Que se repita!