400 AÑOS UNC

Acrobacia, luces y música: arrancó la cuenta regresiva en la UNC

15-05-2012 / Crónicas
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En el marco del aniversario número 400 de la Universidad Nacional de Córdoba, el domingo 13 de mayo comenzaron los festejos en el Parque de las Tejas.


Acrobacia, luces y música: arrancó la cuenta regresiva en la UNC

Por | freartes@redaccion351.com

Fotos: Carla Montanari | cmontanari@redaccion351.com y Gentileza UNC

Con el otoño encima, las noches se ponen frías. El Parque de las Tejas, repleto de gente, hace que el frío no se quede en el cuerpo. Las irregularidades del terreno y la multitud circundante hacen que llegar al frente del escenario sea una odisea. La música, por suerte, se escucha desde lejos y no necesita verse.

Seis escenarios, una pasarela de transmisión, luces, pantallas y más de 50 mil personas daban cuenta de que aquello sería una fiesta. Y lo fue. 

Decenas de libros gigantes forman parte de la escenografía. Sus títulos hablan de la universidad, de su historia: el Nunca Más, El Capital, Botánica elemental, Vigilar y Castigar, Dibujo técnico, Historia de la música, Anatomía. Las luces se apagan y vuelven a prenderse.

A las 19 horas comienza el espectáculo y la transmisión por Canal 10. Toma la palabra el Ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, seguido por la máxima autoridad de la UNC, Dra. Carolina Scotto. Ambos ponen en palabras la importancia del aniversario, la necesidad de reivindicar la historia de esta casa que es de todos y el valor de lo que vendrá.

Comienza el show. Acróbatas se cuelgan y se descuelgan de arneses, saltan, bailan, interpretan, festejan. Carteles y representaciones hacen referencia a la historia de una universidad que acompaña a la de un país, marcados los dos por los mismos tiempos. “Es pública, es de todos”, reza la pantalla gigante y cierran los aplausos.

Ya es de noche y el frío comienza a descender, desfile de mates para calentar el cuerpo. Momentos más tarde, aparece una gran artista cordobesa, Vivi Pozzebón, para llenarnos los oídos de música latinoamericana y el cuerpo de su energía contagiosa. De nuevo, aplausos.

Suena entonces la voz grave del locutor que anuncia la llegada pronta del gran artista esperado. “Hace historia” hablando de la trayectoria del músico, de sus logros musicales, de sus luchas por los derechos humanos, de su coraje en los nefastos ’70. Los aplausos no se hacen esperar, León Gieco sí.

El armado del escenario lleva su tiempo, los presentes no tenemos más que esperar. Sigue haciendo frío. Se mezclan olores: choripán, humo, empanadas, conos de pizza. El mate sigue su recorrido de mano en mano, de boca en boca.

Pasadas las 21 horas, se prenden las luces, suena la música y aparece León, guitarra en mano, armónica al cuello. Suenan algunos temas “viejitos”, otros de su nuevo disco y los infaltables clásicos. “La memoria”, “Zamba por vos”, “El país de la libertad”, son algunos. La multitud aplaude, canta, baila, el frío amaina.

Promediando su presentación aparece Charly García y la ovación es grande. Quien escribe piensa: suerte que los más jóvenes tenemos a los más viejos para conocer de estos grandes.

Entonces suenan temas de uno y del otro, León canta, Charly toca su piano rojo, de a ratos se le escucha la voz. Suenan “El fantasma de Canterville”, “Los salieris de Charly” (el homenajeado baila), “La mamá de Jimmy” y algunos más. Charlan entre ellos, hacen chistes. De a ratos, pareciera que estuvieran solos, que fuera cotidiano tener cien mil ojos puestos encima. Charly se va, aplauso cerrado de por medio, y León sigue solo.

Gentileza UNC

Falta poco para la medianoche y la música sigue brotando desde los instrumentos que inundan la rotonda que une el Parque de las Tejas y la Ciudad Universitaria. El final del show es inminente, como si fuera un hechizo que se rompe a medianoche. Suenan las voces de Vivi Pozzebón y de Gieco entonando «Sólo le pido a Dios».

León cierra y así comienzan los festejos por el aniversario de esta universidad pública que allá por junio de 1613 se instalaba en nuestra ciudad.