Con Permiso

Ingenios

20-05-2018 / Con Permiso, Lecturas
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En una frase escrita en la puerta del baño público, en el respaldo de la butaca del bondi. En stenciles, en pintadas pequeñas y en enormes murales. En las paredes rayadas de un aula. En todos lados.


Ingenios

Por Luciano Debanne.

Foto: Elian Chali.

Los sigo en el face, en el twitter, en sus páginas web. Están en youtube a montones, en cadenas de wassaps. Están ahí para nosotros.

En una frase en el acoplado de un camión, en el costado de un carro tirado por un caballo.

Están ahí, inventando canciones para la cancha, para esas enormes batallas simbólicas que son las marchas. Los veo haciendo carteles para esas marchas, nombres de esas marchas. Convocatorias a esas marchas, consignas espectacularmente creativas, desbordantes de ingenio.

Los veo diseñando sticker en Telegram, volantes, afiches, calcomanías para el termo.

Los vi en stenciles, en pintadas pequeñas y en enormes murales hechos de noche furtivamente o a plena luz del día con la venia gubernamental, en las paredes rayadas de un aula.

En las remeras, en los tatuajes, en el dibujo garabateado durante la clase. «Uh, ¿vos hiciste eso?»

En el reconocimiento de una forma en una piedra, o en un tronco encontrado en el monte que recuerda vagamente a un perro o a un caballo.

En una frase escrita en la puerta del baño público, en el respaldo de la butaca del bondi.

Lo oí de boca de un mozo, en una charla entre dos estudiantes, en la panadería, en una respuesta rápida, en el modo de putear al colectivero que no llega, de afrontar el frío, las pequeñas tragedias personales.

En las porquerías que hay arriba de un escritorio aún en la oficina más gris, en ese pequeño gesto personal de que, más allá de todo, el que labura ahí es mucho más que un tipo o una mina en un escritorio de machimbre.

En el modo particular en que el vidriero pinta una línea blanca o dos en el vidrio recién colocado, en la combinación de baldosas, en los colores de la ropa elegidos con audacia, en ese raro peinado nuevo.

Está ahí, en todas partes, deslumbrante, disponible, accesible para quien lo quiera ver. Hay un punto en que uno elige qué tan ingenioso, divertido y fascinante es el mundo por el que transita.