Con Permiso

Caín y Abel

3-09-2017 / Con Permiso, Lecturas
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Dicen que la pregunta «¿dónde está?» viene de lejos. Resonó en esta tierra cuando Dios solía hablar con los hombres. Con nombres diferentes, la historia de los primeros hermanos se repite.


Caín y Abel

Por Luciano Debanne.

Foto: Carlos Paul Amiune.

Dicen que del primer hombre y la primera mujer nacieron dos hermanos. Uno se llamaba Caín y otro se llamaba Abel. Por esa época Dios solía hablar seguido con los hombres, capaz porque todavía éramos pocos sobre la tierra y no se había fastidiado tanto de nosotros y nuestro berretín por cagarla.

En una oportunidad, parece que Caín no había hecho las cosas como las tenía que hacer, y aunque todavía estaba en el marco de las reglas, medio que Dios le había hecho saber que estaba todo mal con él.

Abel en cambio, venía haciendo las cosas bien, y medio que se estaba ganando el favor de Dios. De onda nomás, por hacer las cosas bien.

Entonces va que Caín le agarra bronca a su hermano y le tiende una trampa: lo mata en medio de la nada.
Así como te lo cuento: agarra Caín, mata a su hermano Abel, y lo esconde para que nadie nunca sepa qué pasó. ¡Una locura!, dirás vos. Pero bueno, así fue la cosa aunque parezca increíble.

Y acá viene la parte que les quería contar. Parece que al tiempito Dios se le cruza a Caín y le pregunta en seco: «¿Dónde está tu hermano?». Eso le dice Dios a Caín. Acá estamos nosotros dos hablando y me pregunto, como todos en este mundo, «¿dónde está tu hermano?» Y Caín responde: «No sé. ¿Soy acaso el guarda de mi hermano?»

Y a Dios, frente a esa respuesta, le agarra una bronca, un broncón, un broncononón.

Yo calculo que es la misma bronca que sentimos nosotros cuando escuchamos las declaraciones sobre Santiago Maldonado de la Ministra Bullrich, en el congreso o en Mirtha Legrand.

Un broncón le agarra a Dios y le dice a Caín: «¿Qué has hecho?»

Y me lo imagino a Dios gritándole a Caín, lleno de furia, como cuando Gandalf lo reta a Bilbo Bolsón en la peli del Señor de los Anillos por dejarse tentar por el anillo del mal.

«¿Qué has hecho? -le grita enfurecido Dios a Caín-. La voz de la sangre de tu hermano está clamando a mí desde la tierra. Ahora, pues, maldito serás de la tierra, que abrió su boca para recibir de mano tuya la sangre de tu hermano».

¿Cazás? Lo maldice Dios a Caín, por matar a su hermano inocente, «Maldito serás de la tierra». Y agrega: «Andarás por ella, fugitivo y errante.»

¿Qué has hecho?… Eso pasó entre Dios y Caín, el hombre que mató a su hermano, hijo de los primeros habitantes de esta tierra.

Dicen que esa fue la primera vez en que resonó en este mundo la pregunta «¿dónde está?». Dios la hizo, aunque conocía, en su dolor, la respuesta y el responsable.

Igual que ahora.