Verónica Aguada Bertea

Verónica Aguada Bertea

2018

Foto Tania Pérsico.

El 2018 fue un año super intenso y cargado de cosas hermosas. Tanto tan, que me cuesta escribirlo. Con la memoria extraña, y con una agenda en mano para rememorar sólo lo que llegué a escribir, emprendo esta labor, sabiendo que puedo olvidar cosas fundamentales, pero que quien lea sabrá disculparme.

Enero. Inicié el 2018 en un lugar que no conocía de las Sierras de Córdoba, cerca de La Falda (no sé bien dónde) rodeada de gente bella y mi gran amiga del alma la Pepa Guillermina Claverié. Me gustan los rituales de año nuevo, en este caso llovió mucho y para mi fue presagio de que el agua se iba a llevar todo lo que no tuviera una buena raíz. Los días
siguientes fueron de intenso trabajo. Hay una tesis cocinándose en mi cuaderno, computadora, tablet, celular, y todo dispositivo que me lo permita; eso es una constante de todos los meses. Escribo sobre “Dirección de Actores/actrices”. Escribo sobre cómo se trabaja en grupo. Escribo sobre lo que me apasiona.

A mediados de Enero, y como mini vacaciones de ese verano participé del primer Retiro Payaso en Huanchana. La profe, Julieta Daga. Ella, inmensa. Mis compañeres de taller, infinites. Durante el año nos fuimos encontrando y reencontrando de mil maneras hermosas. Una belleza de encuentro.

Febero me regaló una escapada a Los Reartes junto a otras directoras del país: Silvi Montecino (Tilcara), Tania Leyes y Guada Suárez Yofré (San Juan), Vale Follini (Entre Ríos), y Euge Hadandoniu, Dani Martín, Juli Daga, Jazmín Sequeira y Gabi Aguirre (Córdoba). Encuentro revelador que nos motivó a generar otros encuentros. Encuentro semilla. Encuentro de identificar que hay otras que como yo necesitan discutir sobre qué implica ser directoras de
escena.

Marzo me regaló mi primer estreno y como directora en Buenos Aires. Con mi querida y admirada amiga Cecilia Rodríguez estrenamos «Cartas al rey de la cabina», una versión teatral del texto de Luis Pescetti en la sala El Jufré. Una obra que me conmovió desde su gestación y que sigue con moviéndome.

Abril. Con la tesis en marcha, las clases iniciadas y los ensayos retomados, retomé el entrenamiento en clown en Espacio Blick con Laura Ortiz, excelente y sensible, observadora aguda, compañera y maestra.

Mayo. Nos volvimos a encontrar las directoras, esta vez multiplicadas a 70 de muchas provincias del país. Este encuentro nos impulsó y nos permitió vislumbrar las tareas necesarias para llevar en noviembre el primer encuentro de directoras de teatro. Decidimos llamarlo “Una escena propia. Encuentro de directoras provincianas”, porque somos mujeres, porque somos de provincia y porque nos interesa repensar nuestra práctica desde una perspectiva de género. El movimiento feminista se vuelve más presente en nuestras reflexiones sobre la escena, nos conecta, nos invita a hacer redes.

Junio. Se multiplicaron los encuentros. Con mi hermana-amiga y compañera de aventuras, Chili Peralta Vissani y un hermoso grupo de todo el país, compartimos en la ciudad de Marcos Juárez, y con la organización de Maricel Di Genno, un hermoso encuentro interprovincial de teatro. «Persnen ao koshtadong du monde» vuelve al ruedo, como
siempre, porque nos encanta viajar. En ese encuentro finalmente me animé y di mi primer Laboratorio de dirección de actuación. Junio también fue mes del ciclo Cuerpas a escena. Hermoso encuentro organizado por Priscila Sansica, Paula Romero y Nadia Budini que convocaron en el Teatro La Luna a artistas a mostrar fragmento de sus trabajos. Hermoso encuentro de socialización de nuestra producción, en el que fuimos cuerpa presente con Chili nuevamente y con Cecilia Rodríguez en otra ocasión.

Julio. Mes de cocina de muchos procesos.

Agosto. Mes de intensidades. Mes de una vigilia verde que no fue, pero que será. Mes de seguir descubriendo una marea cada vez más inmensa. La amistad mueve la escena, porque vino Melina Sánchez Bronzini (corazón) desde
Barcelona, organizamos un ciclo de Cerrá el portón, Teresa en Espacio Urda (espacio que cada vez amo más). Participamos con Cartas al rey de la cabina, y se presentaron los trabajos de Emilia Zlauvinen y de Melina. También en agosto participé con mucho amor en el ciclo de dramaturgias leídas organizadas por Casa Laberinto. En ese contexto me animé a poner la cuerpa para la lectura de algunos textos míos inéditos y de otros que tanto me gustan junto a mis amigues Luisina Lipchak y Teti Cavo. Casa Laberinto cerró a fin de año, ya extrañamos la hermosa
propuesta de Anto Rimoldi y Jose Ugrin y un hermoso y gran equipo que le puso le cuerpe con tanta dedicación y cuidado. Sublime experiencia la de leer y compartir mis lecturas.

Septiembre. Mes de concurso docente en la Rioja. Mes de nuevas funciones de Desahucia en Espacio Urda. Mes de lectura de Cimientos, del colectivo Pera Power en la Feria del Libro. Mes de canto y ukelele con Chili en Casa Laberinto. Mes de mi cumpleaños 😀

Octubre. Mes docente. Empecé a dar clases en la Universidad Nacional de La Rioja en las cátedras Dirección de
Actores y Seminario de Escritura Actoral de la Licenciatura de Arte Escénico. En el verde campus de la UNLaR, con árboles de moras y una espectacular vista de montañas, cumplo uno de mis mayores sueños: dar clases de esas dos asignaturas que tanto me apasionan, que dan nombre a mi investigación doctoral y a la otra que no hice, porque tenía que elegir una. Con Yohana Mores compartimos un Taller de creación teatral con los y las estudiantes del
ENCO (Ipem 289) de la ciudad de Oliva. Una experiencia renovadora. Una experiencia que todavía me conmueve. Uno de los encuentros más bonitos del 2018. Los y las pibas nos abrieron sus puertas a lo más significativo para cada uno/a. Trabajamos con lo que querían decir, con lo que les urgía, con lo que todavía no saben qué es, con sus miedos, con sus esperanzas, con sus pasiones y amores. Nos reconectaron con el juego, con la importancia de los buenos mensajes (y de los mensajeros mas tiernos del mundo). Vimos chispazos de teatro, potencia con voluntad de ser cada vez más fuerza. Infinitas gracias Devis Augusto por la invitación, por la posibilidad, por este mágico encuentro.
Y en octubre también, y con la Chili, me animé a mi primer varieté de teatro con mi payasa, Mingoka, la bárbara. Gracias La Bi Bohem. Gracias Espacio Urda.

Noviembre. Mes de Una escena propia. Mes que reunió en Córdoba a aproximadamente 200 directoras del país. Mes de abrir las puertas de mi casa como nunca. Mes de nacimiento del encuentro bello que nos tuvo trabajando con amor y pasión todo el año. Este bello proyecto que se gestó colectivamente y por mujeres, tendrá su segunda edición en 2019 en Tucumán. (No escribo mucho más del encuentro porque sé que estará en detalle también en este bello anuario). «Desahucia» apareció nuevamente para mostrar sus plumas en Espacio Blick, hermoso teatro que habito, que nos recibirá nuevamente en 2019, y que me invitó a participar del homenaje a Urdapilleta con el Oscuro Laboratorio Escénico (te chapo).

Diciembre. Y se va un hermoso año, un año inmenso, un año intenso. Un año difícil políticamente, pero que nos unió. Un año en el que me siento verde, violeta. Un año de muchísimo trabajo. Un año de conocer artistas maravilloses, de planear grandes cosas para el porvenir. En Diciembre volvimos a hacer Personen ao koshtadong du monde en Centralia, hermosa sala en el corazón del centro de Córdoba que me despierta mucho deseo de
volver. En Diciembre recibimos con Maricel Di Genno y su equipo de Calambour (Marcos Juárez) un apoyo de la provincia para formaciones y producciones para 2019. En Diciembre se fortaleció el equipo con quienes preparamos Body Art, estreno 2019.

Escribir sobre el 2018 es escribir sobre un año de viajes. Viajes que imaginé, viajes que concreté y viajes que vendrán. Si nunca bañará la misma agua un mismo río, que mi apellido sea mi metáfora.

Deseos 2019. A mis deseos 2018 (Que las redes se sigan ampliando, que desde el arte nos enseñemos sobre nuevos modos de relacionarnos. Que multipliquemos nuestras potencias. Que todo lo que hagamos sea una excusa por ser mejores personas), para este nuevo año agrego el deseo por lo que dejará de ser. Que todo cierre sea reparador, que todo cierre abra la posibilidad de nuevos mundos. Pido por la renovación de las intenciones. Por cerrar caminos para el surgimiento de lo nuevo. Pido por el otoño, porque como dice Pescetti “La primavera no nace sino del despojo de todo lo viejo”.

 

2017

Se terminó un año muy intenso, que muchos querían que se terminara, pero que yo viví hasta el último día. Mi vida artística sucede en esferas simultáneas que por momentos se conectan y que se multiplican en procesos circulares.

Escribir sobre el 2017 es escribir sobre un año de mucho crecimiento personal y profesional, un año de conocer y conectar con nuevas personas, un año de vínculos que se inician y otros que se interrumpen. Fue claramente un año bisagra. Como buena ñoña que soy, le puse títulos al relato. Va nomás:

Producción Artística

«Aquel recuerdo del fuego. Diva» Estreno junio de 2017. Fiesta provincial INT: diciembre. Temporada junio y julio en La Nave Escénica y agosto y septiembre en Teatro La Cochera. Repitiendo fórmula con Yohana Mores y empezando una nueva historia de amor escénico con Cristian “Teti” Cavo, estrenamos una obra cargada de fuego. Obra que me llevó a conocer al gran Horacio Fierro y a Federico Tapia, que hicieron de la puesta una explosión de detalles. Una obra que función a función nos recordó sobre la importancia del encuentro humano a la hora de hacer teatro. Una obra que me enseñó sobre la importancia de todos los aportes, que siempre llegan desde diferentes lugares.

Colaboraciones muchas de Penélope Arolfo, Cecilia Pasquini, Diego Ruiz Pirandello, Daniel Aimetta, Fernando Carrazco, Alejandra Gastón, Daniela Maluf, Agustina Márquez, Lucas Solé, Fabio Miglierini, Espacio Urda, Teatro La Nave Escénica y Teatro La Cochera.

Uno siempre vuelve a los viejos sitios donde amó la vida. Reposiciones. Un clásico de cada año es volver a hacer funciones de estrenos de La Volacera. En Enero de 2017 participamos con Desahucia en el XI Teatrazo, Festival de Teatro Puerto Madryn, organizado por el grupo de teatro La Escalera, una compañía teatral familiar y muy profesional que nos abrió las puertas de su casa y de nuestros corazones.

Después de participar en la Bofa en 2016, nos agarró el gustito por trabajar en La Nave Escénica. Durante los meses de marzo y abril estuvimos haciendo un ciclo de «Para vos, Apolo» y en mayo con «Desahucia» y «Personen ao koshtadong du monde» en los festejos de los 5 años de la en la nave escénica.

En abril tambien participamos con «Personen ao koshtadong du monde» en un hermoso ciclo de monólogos organizado por y en Empacho Teatral.

En junio: «Para vos, Apolo» vibró en el Estadio del Centro en el marco del Festival 100 Horas de Teatro Independiente de Córdoba.

Agosto fue un mes «Desahucia». Estuvimos participando de las rondas de negocios y showcases del Girart y en un ciclo de funciones en Espacio Mandarino de Villa Allende.

En proceso… Obras que se gestan

Sin prisa ni pausa se comenzaron a gestar dos proyectos que me abren el corazón en dos. Dos proyectos que me pusieron a trabajar con viejas amigas y con amigas de las más recientes. Proyectos en los que hacemos poesía escénica de nuestra vulnerabilidad. «Cartas al rey de la cabina», versión escénica del texto de Luis María Pescetti, unipersonal actuado por Cecilia Rodríguez y será estrenado en Buenos Aires, su ciudad de residencia. La belleza de dirigir a una actriz.

«Elogio a la fragilidad», proyecto que nació entre tés, que nació de contarnos nuestras vidas y nuestras penas, proyecto que sana en cada encuentro. Proyecto que me pone a escribir y dirigir. Proyecto que nos desafía a habitar de nuevos modos los roles escénicos. Proyecto que comparto con Rocío Sosa, Luisina Liptchack y Gastón Malgieri. Proyecto que no tiene fecha de nacimiento pero que se gesta con mucha fuerza y amor.

En 2017 no sólo produje sino que también vi muchísimo teatro. Hay muy buen teatro y por todos lados. Top cinco: «Clase» (dirección de Gonzalo Marull); «Mi hijo sólo camina un poco mas lento» (dirección de Guillermo Cacace – Buenos Aires); «La mortadela cuántica» (dirección de Nicolás De Angeli y Martín Wernicke); «La niña, el corazón y la casa» (dirección de David Picotto); «Nada del amor me produce envidia» (con Gabriela Pérez Cubas-Tandil)

Vida Académica

En 2017, junto a Jazmín Sequeira y un hermoso equipo de cátedra, cerramos Dinámica de grupo aplicada II. La materia del tercer año de la Licenciatura en Teatro vivió su último periodo ya que en el nuevo plan de estudio muta a una materia de cuarto año del Profesorado en Teatro. Inspiradas en la filosofía de Ranciere, aprovechamos este último año para emanciparnos, colaborar en la emancipación del estudiantado y aprovechar cada vínculo para aprender cada día.

Por otro lado desarrollé un intenso trabajo de Asesorías. Acompañé los proyectos en proceso de Emilce Martínez y de Emilia Bravo. Estrenaron y aprobaron su trabajo final Gisel Raspo y Noelia Vega con «Antología de una mujer», exquisita pieza teatral que adapta poéticamente el personaje de Nora de «Casa de muñecas» con una noticia policial de uno de los tantos casos de violencia de género. Dato curioso: posterior al estreno de la obra y como conexión del destino, el caso se resuelve

También acompañé el proceso de «Esto no es Moliere». Teatro íntimo y divertido, en una casa que cohabitan con lxs espectadores. Proyecto de Gabriela Tomé, Fabio Miglierini, Camila Abud y Sofía Carrizo.

Y mientras tanto se escribe en mi escritorio mi tesis de doctorado sobre Dirección de actores, tema pasión.

El 2017 fue un año de gran avance en la realización de entrevistas a grandes directores del teatro de Córdoba, de mucho estudio y lectura para el trazado del esquema de escritura, de exposición en jornadas y congresos para debatir sobre los temas que me preocupan. Noto como año a año van creciendo esos espacios de intercambio, como cada vez, los que hacemos y pensamos el teatro inventamos nuevos modos para desarrollarnos en el campo de la investigación teatral, tejiendo nuevas redes nacionales e internacionales.

Caminos nuevos. Yo en formación

Creo importante nombrar y revalorizar los hermosos espacios de formación artística de Córdoba. Este año y por tercer año consecutivo participé del taller de acrobacia en telas de La Nave Escénica y retomé mi formación en Clown en distintos espacios de formación de Córdoba, aterrizando con mucha fuerza en el taller que dictó Laura Ortiz en Espacio Blick. Los espacios de formación son una hermosa excusa para aprender mientras se generan lazos de cooperación y amistad.

Deseos 2018

Que las redes se sigan ampliando, que desde el arte nos enseñemos sobre nuevos modos de relacionarnos. Que multipliquemos nuestras potencias. Que todo lo que hagamos sea una excusa por ser mejores personas.