Ronda Vázquez

Ronda Vázquez

Foto: Juampi Antún.

2018

Estar perdido, encontrarme, volver a perderme, siempre jugando a cumplir expectativas ajenas y las propias, y qué divertido se vuelve todo cuando el público social no concuerda con ciertos comportamientos….

Y es ahí donde nace la magia de ser el más profundo artista del que me creo ser. Al diablo con la moral, ser animal me hace sentir vivo. Y desde ese lugar es donde este 2018 me brindó grandes oportunidades escénicas…. Siendo convocado por Rey Marciali hoy cambiando a Reyna Marciali para integrar el elenco de las de naides estampa guacha dirigida por un tal David Piccoto que tiene la osadía de adaptar clásicos de la mano del humor y le va muy bien. Antonio Fierro que crece cada vez más y se encuentra sin límites.

Y en este preciso momento escribiendo mientras viajo a mi próxima experiencia artística en Mundo Marino… Redacto este texto mientras escucho a Adanowski quien me recuerda a Evangelina diosa de los mortales quien conquistó mi corazón en esta vida.

Por dios y todos los Santos amontonados digo: joder qué año hermoso, lleno de tanta miseria poética. De esa miseria nace Modesto Óbito por cierto, mi otro gran descubrimiento en el arte de crear personajes desde el humor físico.

En fin, gracias a este espacio de Redacción por invitarme a ser parte de este proyecto que acobija cada año mis más sinceras palabras.

Abrazo grande a las personas que me consideran un objeto de odio, y a las que sinceramente piensan que soy alguien hermoso, principalmente mi madre.

 

2017

El teatro en el humor visto desde Antonio Fierro, el Unipersonal Gauchesco – Feminista que te refriega la verdad de la milanesa en la cara y te deja contento mediante el humor físico. Un personaje que comenzó recorriendo las pequeñas salas independientes de Córdoba capital y el interior, para luego finalizar su año en la calle Corrientes de Buenos Aires, más precisamente en el Teatro Astros, junto a Andrea Guidone y Hugo del Carril. Un espectáculo de mierda para mi gusto, tanto en su producción como en su entrega al público. Pero no me concierne para nada, tanto a mí como al personaje.

Lo mágico y maravilloso fue el contacto con todo el público en general, quienes fueron mis directores en cada presentación (el personaje sale a luz en un taller de armado de rutinas dirigido por los maestros Guille Vanadía y Juanchi Domínguez) es guiado en un principio por ellos y luego el público, más precisamente los niños, fueron los encargados de direccionar mi comportamiento y entrega. Desde su respuesta pude encaminar el humor en un ambiente agradable y cómodo.

Pasé por muchos estados donde el teatro me permitió ser yo mismo. Antonio Fierro nunca la careteó, siempre dio su show desde su fiel estado anímico. Hubo presentaciones increíbles como así también reflexivas, nunca bajoneó y se mostró seguro ante cualquier adversidad temporal, de espacio o de técnica.

Y para equilibrar el teatro dentro de la sala y la calle, como ciudadano que se interesa por acompañar las ideas políticas populares, me concentré en brindar intervenciones en las marchas más convocantes de interés socio cultural. Todas fueron improvisadas pero con un idea fija ante el personaje que cautivaba a toda persona. De esta manera podía escupir toda la mierda que consumo día a día por los malos gobiernos y sus títeres. En cada presentación sentía que liberaba toda mi furia convirtiéndola en arte para poder seguir en paz durante un buen tiempo.

El teatro en Córdoba con esencia catamarqueña es lo que hoy por hoy me llena el alma. Tener la oportunidad de compartirles unas líneas de mi actividad es agradable.

Doy gracias a mi madre pianista por darme la vida y a mi padre payaso por dejarme el gen del humor.

Agradezco a mis miedos, a mis impulsos, a mi adrenalina, a mi seguridad, a mi oscuridad y a mi luz.

Por sobre todas las cosas, gracias al amor.

Foto: Tui Guedes.

 

2015

En primer lugar mi gratitud y gentil agradecimiento desde las más íntimas fibras de mis sentidos, y al apoyo de tantos instrumentos que mantienen sus puertas abiertas y arraigadas a esta gran Córdoba, ya que es aquí donde hoy mi esencia es expresada al máximo.

Estos espacios en donde puedo observar tanto para reír como para ofrecer mis disculpas, porque si hay algo que el teatro tiene en sus tantos abarcados caminos, lleno de escenarios y artistas, donde las los mismos eligen su personaje que más les seduce interpretar para convivir en la órbita.

Es aquí donde hoy me encuentro con grandes talentos que me llenan de energías con tanto esfuerzo, así también la familia de amigos en general.

Hoy puedo decir a toda luz que este fue un año productivo donde la primera puerta me invitó a cumplir con  temporadas en Carlos Paz, en un teatro, poniendo cada pequeño ladrillo construyendo todo lo que me llenó de experiencias dentro del teatro, y pudiendo ver la práctica de la vida misma en escena.

Siguiendo por otra puerta la cual se encontraba vinculada a una obra de teatro dramática, es aquí el lugar que nunca había salido de mi esfera, que convivía sólo en el arte humorístico, en esta ocasión interpretar un personaje me resultó difícil en la rama del dramatismo, tan curioso resultó que hasta la muerte me daba gracias.

Al encontrarme con ese personaje y llegar a sentir dolor por lo que pasaba en ficción, esta experiencia fue tan sorprendente que hoy la puedo guardar entre lo más preciado de mis tesoros.

No intento lamentarme de nada, ya que hoy a mi vida la observo desde una butaca de cine tal  como si fuese una película, porque me regaló una sonrisa.

Porque del teatro puedo crear, puedo desmembrar, puedo enseñar, porque mi vida es un engranaje que sólo va para adelante, me cuesta comprender que si me detengo en algo que no suma, mis articulaciones se gastan, se trancan y mi sentido común rechaza esos malos augurios.

Este es un año donde no quiero dejar de nombrar a los maestros que me hicieron ver un punto de vista distinto del teatro y la vida en sí. A mi gran maestro y amigo Pablo Barrionuevo, como así también lo es Luis Moya. Agradecer a Nury Ceccoli, Ana Ruiz, Julieta Daga, Chino Castillo, Dardo Alzogaray, Nora Saga, a Turca Barrionuevo, a mis amigos en general que son muchos y comparto cada día con ellos en plena armonía.

Sin más, gracias 2015, gracias Teatro, infinitamente gracias Córdoba por mantener en pie a grandes personas.