Soledad Aranzadi

2017

Las mujeres que decidimos vivir de cualquier expresión artística nos enfrentamos a varios obstáculos. El más difícil de sortear, probablemente, es el intento de situar nuestros productos creativos en una industria que destaca la masculinidad como una virtud. Más del 70% de las obras publicadas por editoriales independientes en Argentina en 2016 corresponde a autores varones. En el caso de la literatura de amplia difusión, esa cifra asciende a casi el 90%.

Mi libro “Esas muertes diminutas destinadas al olvido” se imprimió en abril de 2017 en Buenos Aires y su inserción en el hostil mercado librero me requirió muchísimo esfuerzo. Finalmente, como resultado de arduo trabajo, el material recibió dos premios internacionales Guillen de la S.I.E. cerrando lo que parecía imposible: el círculo del autofinanciamiento.

En mayo se expuso en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, de la que participé firmando ejemplares el día 11. Se presentó oficialmente en Congreso el día miércoles 10 con el aporte del músico Pablo Riquero, a sala llena.

Durante los meses siguientes tuve el inmenso honor de acompañar al músico venezolano José Delgado en uno de sus conciertos, filmar videos con artistas que admiro y componer junto a Pablo Rojas la letra de un candombe para el tercer disco de su proyecto Ensamble Tangrama.

Nada de eso hubiera sido posible sin el apoyo de los lectores cordobeses, que muchas veces apuestan a obras de autoras locales, permitiendo su competencia  y sustento.

Por eso, como mujer trabajadora del arte, sigo eligiendo a Córdoba para escribir y vivir. Esta ciudad, que de a ratos parece quieta y conservadora, aletargada, un poco retrógrada y machista, es también un bastión de posibilidades para quienes construimos amorosamente su cultura.

Soledad Aranzadi – Escritora.