2018
El 2018 comenzó con un reencuentro, en Córdoba, a raíz de un concierto en un bar de la costanera, con mi amigo Fernando Samalea, en la prueba de sonido, acompañando a Yoshitake, un guitarrista japonés virtuoso. Fernando me invitó a presenciar el concierto (gratuitamente) esa noche. En el mismo lugar, al poco tiempo, tocamos y cantamos con El secreto (Akiles Peralta en batería; Maxi Juri en guitarra eléctrica; Andrés Altamirano en sintetizador y voces y yo en bajo, voz, autoría y composición). Sonamos bien.
A fines de marzo, me fui a conocer casi toda España y casi todo Portugal. Me reencontré en Madrid con Natalia Sonzogni, una cantante y compositora porteña que no veía desde 1997 y me convidó en su espectacular departamento con un gin tonic.
Ya de vuelta, escribí mi tercer libro, aún inédito. Tengo dos publicados: «Las bostezadoras» (2016) y «Mujeres enigmáticas» (2017).
En el plano musical, un problema grave de salud, ya subsanado, del baterista de El Secreto nos mantuvo inactivos. Debimos suspender fechas y ensayos pero retomé la composición, que estaba relegada. Ante la necesidad de ser respaldados por un representante, nos pusimos a buscar uno. Varios amagaron asumir el cargo pero desistieron por la «informalidad» del «ambiente». Es algo que queda pendiente para 2019, entre otros aspectos artísticos de mi vida.
Claramente el 2017 fue mejor para El Secreto. Hicimos una grabación impecable de tres temas míos en el estudio Coda.
El 2018, en lo personal, se justifica con creces por el viaje por la península ibérica (yo conocí España en 1994 pero sólo Madrid, La Coruña y Barcelona). También mi tercer libro: «Buscador de almas» o «Los alaridos de la lechuga» (aún no definí el título) puede considerarse algo muy rescatable. De todas maneras, espero un 2019 mejor.
2017
Este año 2017 fue muy importante para mí, artísticamente.
Por un lado, la Editorial Babel publicó mi segundo libro titulado «Mujeres enigmáticas», que se consigue en «El Mundo del Libro» (Deán Funes y Obispo Trejo. Ciudad de Córdoba) y en la Librería Hernández (Corrientes 1436, en la Ciudad de Buenos Aires), en ambos casos, a $200.
Por otra parte se editó oficialmente, con fabricación industrial y no artesanal, mi disco solista «El sentido de la vida», gracias a la colaboración de INAMU y del sello cordobés Triagonal. Es una obra conceptual que contiene once canciones de mi autoría y composición, en las que canté, toqué el bajo, la guitarra acústica, el sintetizador y programé algunas baterías electrónicas y percusión virtual pero también conté con numerosos y prestigiosos invitados, como Juan Herrera (flauta travesera, más conocida como «traversa»); Cristina Zatti (violonchelo); Popi Pedrosa (batería); Isabel Mouzo (gaita gallega), etc.
«El sentido de la vida» se consigue en las disquerías «Edén» (Obispo Trejo 15) y en «Lado B» (Tucumán 105).
Como si esto fuera poco, cierro el año con tres canciones propias, recién grabadas, mezcladas y masterizadas, con el grupo de pop rock que integro actualmente: El Secreto. Este material se puede escuchar gratuitamente por Soundcloud.
En esta fotografía reciente estoy tocando uno de mis dos bajos y tengo atrás el piano en el que compongo y adelante, la guitarra acústica en la que compongo, también. Además, escribo letras y canto.
¡Felicidades!
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