2015
Revisando nuestras impresiones sobre el año 2015 para Papa Banjo, nos encontramos con sensaciones que son propias de la música que desde un principio buscamos recrear o representar. Una mezcla de satisfacción durante los shows y de cansancio posterior al trajín de, miércoles tras miércoles, desde hace ya dos años, intentar mantener la esencia de lo que implica tocar blues.
Desde un principio, el intento fue llegar a los comienzos de esta expresión cultural. Claro que no es una tarea fácil y ni siquiera creemos haber llegado hasta el fondo de ese intento de representación. No es sencillo y en realidad dudamos de que sea posible mostrar tal cual una manifestación artística que nace de un contexto sumamente lejano a nuestras realidades como personas y como músicos.
No se puede pensar en blues, separando la música del entorno opresivo que dio lugar a su nacimiento. Más allá de eso, pudimos encontrar la forma, tanto por las características en la instrumentación como en la puesta en escena, de jugar con una imagen y buscar en el público su ejercicio en el afán de construir la suya propia, sugiriendo esta propuesta para su libre uso a través de la imaginación.
Resumiendo un poco y como sensación final, este año nos queda la misma impresión que la que tuvimos al arrancar este proyecto. Ubicamos nuestra mirada en un momento preciso del árbol genealógico de gran parte de la música contemporánea, quizás en su raíz.
El público tuvo una muy buena respuesta hacia la propuesta. El blues de los años 30´ se merecía un espacio en algún rincón de la ciudad de Córdoba.
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