• Nahuel Chiarella
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Nahuel Chiarella

2018

Es lindo mirar atrás y ver que las cosas cambian; que cada año es un paso en alguna dirección y que, a pesar del conservadurismo y los gobiernos de derecha, definitivamente construimos.

Este año trajo consigo personas valiosísimas para mi proyecto de canciones, con quienes armamos un equipo de trabajo del cual me siento orgulloso y agradecido.

Los temas de “Relajando Jaulas” siguieron haciéndose eco en cada fecha, esta vez dando lugar a nuevas canciones, que son varias y estamos cada vez más cerca de compartir.

Es que 2018 fue fundamentalmente el año de gestación de mi segundo disco, proyecto que con muchísima entrega encaramos con Bernardo Ferrón como productor, a lo largo de casi diez meses de trabajo.

No puedo dejar de mencionar la experiencia de haber vuelto a compartir escenario como violinista con La Barroca del Suquía, en esta oportunidad en el Teatro Sodre de Montevideo, sumado a los conciertos de temporada con la Sinfónica de la UNC y un cierre de año con la Sinfónica de la Provincia.

Deseo que el año entrante siga viendo crecer el arte de Córdoba y el interior del país. Que nuestro nuevo disco gire lo que tenga que girar, así como los proyectos personales de todas las almas sensibles que vibramos en el arte.

 

2017

Es cierto que en cada año se aprende, con nuestro consentimiento o a la fuerza, con consciencia o sin darnos cuenta.

2017 fue otro año así pero un poco más que siempre. Mucho aprendí de vivir solo y de encarar mi proyecto de canciones en la misma condición (si bien apoyado por mucha gente querida, no puedo obviarlo). Fui un poco manager, comunity manager, arreglador, transportista y “plomo”, un poco instrumentista y otro poco compositor.

Un crítico allegado se preguntó en relación a «Relajando Jaulas» -mi primer disco- si era posible “abarcar mucho apretando mucho” -tal como reza la canción «Vos y Yo», del mismo. Era una pregunta retórica, claro, y su respuesta fue otra de mis lecciones para el año que pasó; pero aunque no se pueda abarcar tanto para apretar mucho (ya sea en términos artísticos o de organización), la remada que significa intentarlo te deja muchas satisfacciones, muchos recuerdos que enorgullecen…

Desde finales de 2016 y durante todo 2017 tuve la oportunidad de llevar mi disco a San Juan, Buenos Aires, Villa Mercedes, Córdoba Capital, Villa María y Río Tercero, llegando a tocar las canciones con al menos 20 músicos diferentes. La presentación oficial de «Relajando Jaulas» en el CCC -tremenda curtida- fue inolvidable y, aunque insalubre movida, lograda al fin (“una hazaña”, dijera un amigo arengándome luego del show).

También filmamos un video clip con Mika Real -artista riotercerense-, que ojalá pronto vea la luz para cerrar una etapa y darle cabida a un nuevo material, que ya viene en camino. Además tuve la hermosa experiencia y el honor de trabajar en la producción de un track de música electrónica junto a Artfaq, un dúo que viene produciendo cosas increíbles dentro del género. El track sale en 2018 a través de un sello cordobés.

Como “músico académico” otra vez me vi enriquecido con la posibilidad de tocar el violín barroco junto a Manfredo Kraemer y su Barroca del Suquía, primero en Santa Fe y luego, por primera vez para mí, en el festival Camino de las Estancias, en nuestra provincia. Con la Orquesta Sinfónica de la UNC tuvimos un año complicado, con pocos conciertos y una lucha intensa por el reconocimiento de nuestra condición de laburantes.

El año que se fue también deja la semilla de lo que podría ser un proyecto colectivo con músicos amigos, así que mucha expectativa por esto; ojalá se dé finalmente y pueda contarles más.

Así y tanto más generoso fue 2017 y todos aquellos que lo habitaron cerca mío. Gracias enorme a los amigos que me acompañaron yendo a cada show, dando play al disco, compartiendo mi música. Gracias a cada uno de esos músicos que la vibraron conmigo en el escenario, y a la familia, siempre.

Nos espera un 2018 lleno de sorpresas. ¡A por él amigos!

 

2016

Otro año de crecimiento musical para Córdoba; crecimiento en lo que se apuesta, las inquietudes que tenemos y sus respectivas búsquedas. La ampliación de la escena es casi exponencial y sobre todo heterogénea (un círculo virtuoso de creación). Surgen cada vez más actores con mayor diversidad de propuestas y el denominador común de buscar la excelencia. Ser testigo/partícipe de esta generación “post-internet” es una satisfacción al tiempo que un desafío, pero sobre todo una satisfacción.

En lo personal, tocar en la imponente Ballena Azul del CCK junto a nuestra tremenda Sinfónica de Córdoba, ingresar en la Orquesta Sinfónica de la UNC y emprender una lucha colectiva porque se nos reconozca como trabajadores de la cultura, “salir al ruedo” y compartir por primera vez mis canciones en la noche cordobesa, son algunas de las experiencias que marcaron mi 2016.

Párrafo aparte para nombrar la movilizadora experiencia de concebir un disco y darlo a luz; “Relajando Jaulas” fue, es, y seguirá siendo una tremenda escuela para mí (escuela de todo).

Gracias infinitas a la música y a cada una de las personas que estuvieron cerca en esta nueva vuelta al sol que, como todas, pareciera que se nos escapó de las manos.

Deseo mucha simpleza para el 2017, mucha música y mucho hacerla sin hacerla rutina, menos nostalgia por lo que pasó y menos ansiedad por lo que vendrá.

¡Salud amigos!

Foto: Rocío Yacobone.

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