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Juan Iñaki

2018

El 2018 vino potente. La moneda giró y mi vida con ella, enterita. Y mientras la moneda giraba, nosotros encerrados en el estudio gestando un material nuevo. El disco nació en zona de turbulencias.

Nada de lo alcanzado de este año fue sencillo. Presentamos «Aquí y Ahora» en Córdoba, en Buenos Aires y La Pampa. Teatros lindos si los hay: Caras y Caretas (CABA), Teatro Español (La Pampa) Teatro Real (Córdoba). La prensa, aliados indispensables, acompañaron la movida.

Sensaciones encontradas: lo que antes costaba un esfuerzo, hoy cuesta la vida. La crisis se hace sentir. Luego, giras con el disco por el interior de Córdoba y otras provincias. Para fin de año, propusimos un nuevo espacio: la Peña Diversa. Un éxito, una felicidad, una inspiración que pretendemos sostener este año con el equipo hermoso que armamos. Por suerte llegó el amor. Llegó como nunca antes había venido: huracanado, pero a traer paz, complicado, pero a hacer que todo sea fácil, caótico, pero a poner orden. Y para seguirla, fueron meses pesados que trajeron levedad. Eso, y enseñanzas profundas. Enseñanzas respecto de lo vital, lo importante, lo que se debe cuidar.

Hoy, de cara al cuaderno en blanco que el año propone, el amor hace mirar el vacío con deseo de llenarlo (aunque a veces el vacío nos llene a nosotres).

El inicio de 2019 nos toma con una temporada festivalera vacía. Los festivales de corte noventoso acentúan sus maneras estrictas de grito, palma y poco arte. Otros, en los que teníamos espacio y nuestra esperanza puesta, se pliegan también al vaciamiento dejando afuera a muches artistas. Dirá el tiempo qué hacemos con estas exclusiones. La lucha más grande está en manos de las mujeres. En ellas confío. Las acompañamos en silencio y sostenemos desde donde toca.

Deseo con el alma que el 2019 traiga más abundancia de la que vaticina el panorama, más trabajo, bien pago, del que nos gusta, el que nos dignifica porque lo amamos y le dedicamos cada segundo de nuestros días. Y nos avive de que tenemos que estar juntos, nos avispe para mover el upite y levantar castillos comunitarios de belleza y buenas cosas.

Y que traiga claridad para desear más y con más fuerza.

 

2017

Año bisagra el que se fue. Así lo recordaré.

En abril, la bendición de telonear una vez más a Caetano Veloso en el Orfeo Superdomo. Amo a Caetano desde niño, no puedo ser objetivo: es el supremo.

En mayo volví a Ecuador, otra vez con mi música, convocado por la Emabajada Argentina para los festejos del 25 de mayo. Mucha reflexión al respecto, sensaciones encontradas.

Mi amiga Alexandra Cabanilla organizó que dictara una clínica de canto en la mágica Ciudad de Otavalo. Mi sorpresa fue encontrarme con un grupo de cantoras hermosas, orgullosas de su herencia indígena que se manifestaba en su canto, en sus ropas, en su palabra. Ahí estuve compartiéndoles lo que sé y ellas, generosas, me abrieron la puerta al vasto universo de su cultura. Asistí a las festividades de su pueblo. Propuestas musicales con complejas instrumentaciones de cámara, todo se habló en Quechua (locutores del Festival, cantores, público). Me maravilló el orgullo y la profunda sabiduría de esa tierra que abraza su cultura y la reformula sin alterar su esencia. Hasta sentí un poco de envidia.

En junio fui invitado por Carmen París (inmensa artista española) a cantar con ella en la World Pride 2017, en Madrid. Entre música y charla, dimos forma a un proyecto que en los próximos días estrenaremos en Córdoba.

En agosto fui invitado por la hermosa Lila Downs a cantar en la presentación de su disco «Salón, lágrima y deseo» en el Quality Espacio. Brindamos nuestro homenaje a Violeta Parra y Mercedes Sosa. Hermosura de mujeres.

En noviembre ingresamos al estudio a registrar un disco que me tiene baboso de orgullo. Compartimos la producción con Marian Pellegrino, Ceci Fandiño, Raúl Berecibar y un equipo increíble de músicos amigos.

El 2017 ha sido un año de transformaciones personales profundas. Este nuevo disco da cuenta de ello. No se parece a nada que haya hecho antes y tiene el plus de invitados amigos increíbles. Verá la luz en abril.

A fin de año, gira intensa y emotiva con Misa Criolla y Navidad Nuestra. A diferencia de todas las puestas anteriores de esta obra en las que participé, pude aportar mi mirada personal, ampliando el concepto de fe, incluyendo cantos devocionales de culturas Mapuche, Sumará, Ava Guaraní, Calchaquí. El corolario fue el concierto en la Explanada de la Catedral ante una multitud.

A título personal, puedo decir que otro Juan Iñaki arranca el 2018. Deseo poder manifestar honesta y amorosamente lo aprendido en el viaje hasta este momento.

De la casta política entera espero poco y nada. De mi país, espero todo lo que sea capaz de reformular, repensar y exigir.

Ojalá nos veamos en las calles, cuidando más las conquistas y los derechos que las banderas, exigiendo con autoridad pero sin violencia, con más poder de acción que de parla, abriendo los brazos para estrecharnos en el deseo común y cerrando las grietas que nos alejan. Que las panzas y los corazones estén llenos, que seamos responsables para actuar, pensantes para votar, sensibles con el dolor ajeno.

Mi eterno deseo, así sea.

 

2016

3:45 a.m. de España. Yo creía que el Jet Lag era un boludez y acá estoy, sacándole provecho al insomnio, estudiando las canciones en euskera que mañana interpretaré junto a Kepa Junkera en el Teatro Principal de Vitoria por los 80 años del Gobierno Vasco

Me pongo a pensar por un rato y siento un vértigo fuerte. En mayo del 2015 llegaba a esta mágica ciudad desde la que hoy escribo (Bilbao) para cantar con Kepa por primera vez en la apertura del Festival EXIB.

Al finalizar la perfomance, una mujer se me acerca y, sin siquiera saludar, me pregunta: «¿Qué formación tienes?». «Clásica» le digo, a lo que me responde «se te nota. Después quisiera charlar contigo»‘.

La mujer era Chía Patiño, una ecuatoriana que se llevaba el mundo por delante y que estaba buscando la voz que interpretara a Jean Valjean en la producción ecuatoriana de «Los Miserables»‘.

Un año exacto después, yo desembarcaba en Quito para el montaje de la primera temporada de “Los Miserables” en el Teatro Sucre. Como si la locura no fuera suficiente, hubo reposición con Gira por Ecuador 3 meses después.  A los días de llegar a Quito en octubre, recibo mail de Kepa: augur Juan Iñaki, ¿puedes estar en España a principio de diciembre? Pues sí, aquí estoy, asombrado con cómo se dieron las cosas ya que mañana, al subir al escenario del Teatro Principal, se cerrará esta serie de eventos afortunadísimos y se abrirá quién sabe qué.

Otra vez apoyo la cabeza en la almohada del hotel de otro País y digo Gracias a las fuerzas que sean responsables de que me haya tocado esta vida. Mi 2016 fue pura bendición.

En el medio de los viajes, sucedieron muchas cosas: estrenamos «A los negros de este lugar», proyecto que me encontró a la cabeza de muchas cosas (actuación, dirección, ejecución, etc.), pero rodeado de una tribu de corazones queridos que lo sostuvieron con una fuerza que aún no puedo creer. El resultado: Teatro del Libertador agotado, gente que quedó fuera, deseos de reposición.

Escala obligatoria entre Ecuador y España fue el amado Encuentro de San Antonio, donde además grabamos el clip de Pachamama junto a Raly Barrionuevo, Pachi Herrera, Pansi Yzurieta y tantos otros amigos.

Y la música compartida con los amigos de siempre en diversas oportunidades y escenarios: Mery Murúa, La Jam de Folklore, Paola Bernal, Silvia Lallana, Ariel Paltrinieri y tantos otros.

Que la vida sea tan generosa «con la parte más delgada del hilo» como es conmigo es mi deseo pero el tiempo venidero en el que nos estamos sumergiendo. Que sepamos elegir como comunidad. Que por una vez, la suma de voluntades del pueblo (no de los gobiernos, ya nos les creo a ninguno) dé un resultado luminoso, justo, transformador y real. Y que sigamos encontrándonos en los abrazos de siempre. Buen año amigos. Diría Miss Universo: Quiero la paz mundial.

Foto: Sergio Manes.

 

2015

Mi 2015 fue una fiesta abundante y lujuriosa. Gira por Europa de puertas abiertas de par en par. Abundancia, música, gente nueva, públicos y escenarios nuevos, cosas, cosas, cosas… (viajar es uno de los regalos más fantásticos que la música nos pone al alcance de la mano, y encima uno se da el lujo de acostumbrarse)

Dos conciertos de Música Argentina con la Banda Sinfónica con el Teatro del Libertador explotando, con mis queridos Pao, Mery, Vivi y José. El Festival Córdoba en otoño en el Quality, juntarse con otros nuevos amigos de esta ciudad como los chicos de Brisas del Norte; llevar mi música a otros lugares diferentes a los que circulo normalmente. Y pienso en tantos otros escenarios: Festival del Poncho en Catamarca; Música de Provincias en el Centro Cultural Néstor Kirchner. La experiencia soñada que nos transformó a todos sin querer: «La Música Interior». Tuve el honor de ser invitado por Liliana Herrero y Juan Falú a participar de este gran sueño de ellos (nosotros hoy soñamos con su continuidad y nos moveremos para que así sea).

Tocar con gente con la que nos conocemos, descubrirse en la música, quererse entrañablemente, de nuevo los viajes (Tierra del Fuego, Comodoro Rivadavia, Buenos Aires). Ese inmenso regalo que es «Palabración de la Tierra» con mis amados Paola, Mery y José Luis. Estrenar este proyecto en el Comedor Universitario fue de las cosas más alucinantes que me ocurrieron en esta vida musiquera. Mil setecientas almas tirándonos su amor, los corazones, las patas y los ojos hinchados.

Todo hace que mi orgullo por la tierra en la que empecinadamente elijo vivir crezca y crezca. Personalmente, procesos abismales, límites que se expanden, encuentros, amor, amor, amor… (siempre algo de tristeza, no todo es pala)… y más amor.

Políticamente… Sólo voy a decir esto: Las luchas con las que siempre estuve comprometido, me tendrán poniendo más cuerpo y corazón aún. A esas, se le suman la defensa de las cosas importantes que nos quedan de este tiempo, los dientes afilados para morder lo que nos es propio, lo conseguido. De la clase política espero poco y nada. Mi esperanza (sí, con todo lo que se le pega al lugar en el que vivo, con lo que me duelen esos golpes) sigue estando en nosotros, en la gente, en los que se mueven, en los que no duermen pensando en todo lo que no pueden cambiar porque no le alcanzan los brazos.

Al final, una vez más, tengo que estar agradecido por recordar esta memoria agitada, fresca y luminosa.

Que el tiempo que viene nos encuentre tomando lugares, conectados con las buenas intenciones, con Voluntad, con poder de acción y con deseos de juntarnos.

Paz.

 

2014

Con la lluvia y el aire renovado del lunes de diciembre, mate en mano, repaso imágenes de este año.

Tengo la sensación de que cada estación ha sido un año y, que como los árboles, fui vistiéndome y revistiéndome con lo que la naturaleza y el espíritu me dio, siempre a tiempo,  porque así funciona la abundancia cuando uno confía.

Menos ansioso, más atento, me encuentra fin de año y me queda la sensación de haber experimentado la multiplicidad de la capacidad de conectar y de encontrarse. En esos debates entre las pluriformas, los misterios, los vacíos (que, invariable y felizmente, se llenan siempre) me paseo en paz, como quien mira una exposición de arte en la que no entiende muy bien qué ve, pero la belleza grita desde todos los rincones.

Repaso las grandes sorpresas que encontré en mi camino de músico:

Artista soporte de Caetano Veloso en el Orfeo Superdomo de Córdoba.

Presentación de “Orgánico” en el Teatro del Libertador, con Doña Jovita y Aruma como invitados.

El iniciar la grabación de un nuevo disco (suerte de terapia para cerrar apegos viejos que necesitaba hace tiempo, este disco me trae de los pelos que no tengo de regreso a la infancia en la casa de mis abuelos).

Los conciertos por Buenos Aires, Catamarca, Neuquén, los escenarios pisados este año (Teatro del Libertador, Teatro Hasta Trilce de Buenos Aires, Teatro Girardi de Catamarca, Teatro Griego, Festivales de Cosquín y de Alta Gracia, y tantos otros).

Como cada mañana cuando abro los ojos, agradezco a la fuerza que sea darme la posibilidad de mirar el mundo bajo el cristal del arte, lupa milagrosa.

Otro Juan Iñaki empieza el 2015. Otro tipo, otro artista.

La vida, una vez más, se renueva.

 

2013

El 2013 fue un triple Scania que nos pasó por encima. Miro para atrás, busco agarrarme de hechos concretos que me ayuden a dimensionar el paso del tiempo, como quien se sitúa en un lugar alto para entender el valle y su extensión. Pienso recuento: febrero, recién pasadito Cosquín, nos juntamos con Mariano Fernández, Sadun Gossen y Emilio Pasquini a dar forma a lo que esperaba desde hacía 4 años: disco nuevo. Dos ensayos para pautar formas, colores y repertorio y comenzamos la grabación en Cocina de Culturas, en tres sesiones con el hermoso Stenway que tan gentilmente nos prestaron. El resto se haría en estudios de Córdoba, Buenos Aires y Jujuy. En junio interrumpimos la grabación para viajar a Francia para una serie de conciertos. La querida Suna Rocha fue nuestra invitada de honor para la ocasión. En julio, ya de regreso, vio la luz “Orgánico”, 4to disco en el camino y el primero que en su mayoría contaba con composiciones propias. Este disco me trajo además la posibilidad de traer a mi proyecto solista otras músicas con las que había trabajado en proyectos paralelos. Todas puertas que se abrían. A partir de octubre empezamos con la primera parte de las presentaciones del disco por el país, comenzando por Córdoba en el queridísimo Teatro Luz y Fuerza. Luego seguiríamos por Buenos Aires, La Rioja, Catamarca, Deán Funes y Neuquén.

Nombrar estos acontecimientos es de algún modo fijar lo más significativo de lo mucho que ocurrió este año. También pienso en la lucha en contra de Monsanto y en tantas resistencias vitales en mi provincia y en mi país. A mayor luz, mayor es la sombra. A seguir proponiéndonos echar luz desde nuestro centro y juntos, que es tiempo de juntarse. Amo vivir aquí. Agradezco tener tanto que agradecer que la lista de cada día es eterna. Pachamama, Inti, sagrada unidad a la que todos pertenecemos en esa parte nuestra que olvidamos. Mi gratitud eterna. Y desde la ruta una vez más, escribo todo esto y pienso en esta feliz invitación.

¡Feliz nuevo inicio per tutti! A ser felices y a amarse.

 

2012

Aquí estamos, haciendo un balance de este hermoso año, que no podía haber comenzado mejor: Concierto en el Festival de Cosquín en el que además del show propio, defendí la canción ganadora del Pre-Cosquín con letra de Pera Luna y música de Pancho Cabral. Fue emocionante volver a producir eligiendo Córdoba como centro de creación. Aquí nací, crecí y elijo vivir. Tocar en las sierras y en mi ciudad fue una gran alegría que tuvo su punto más alto en el concierto inolvidable de septiembre en el Teatro Luz y Fuerza, sala que quiero tanto, fundamentalmente por ser sede de una resistencia cultural intachable desde que tengo memoria, por los amigos que la dirigen y nos hacen sentir parte de la familia y, muy especialmente, porque una sala tan importante esté viva y llena. Tuve también la suerte de participar del disco en homenaje a Agustín Tosco y la presentación del mismo en la misma sala.

A lo largo del año canté con queridos amigos: varias noches con Lorena Astudillo en «La Oreja Negra» de Buenos Aires. Con Suna Rocha, La Bruja Salguero, Jerónimo Saer, Georgina Hassan, Guillermo Delgado, Aymama, Mery Murúa, La Viajerita, entre otros amigos. Los conciertos en Capital Federal: Fondo Nacional de las Artes, Teatro Del Viejo Mercado, Café Vinilo, Peña del Colorado, Notorius. Los shows en el interior: La Plata, San Luis, Merlo, Rosario, La Rioja. Los talleres sobre experimentación de ruedas de canto que compartí en Córdoba y Rosario.

En fin, el balance es más que satisfactorio, el agradecimiento es infinito y la fe en el hermoso tiempo que viene es arrasadora. Ahora me encuentro trabajando de cara a un disco nuevo, a otra edición de un verano de festivales y conciertos, a una gira por Europa. Así pienso el año que pasó y el venidero: con amor y agradecimiento.

Mis deseos profundos de felicidad, abundancia y una mayor conciencia.

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