• Javier Arinci

Javier Arinci

2016

Este 2016 en mi caso fue muy intenso. Renovación y grandes cambios. Muy lindo por un lado y difícil como todo lo que se vive intensamente. Llegamos casi al fin “con los brazos cansados” como dice el prócer Gustavito Cerati, pero de hacer cosas muy bellas y que proporcionaron un gran crecimiento tanto profesional como espiritual.

Como la mayoría de los músicos cordobeses que debemos ser como “Masche” y jugar en toda la cancha, yo me debato entre la docencia en una escuela rural de los gigantes, las clases de guitarra y ensambles en la Escuela de Rock, la programación musical de La La Lá, toques en vivo y todos los “curros” musicales que vayan surgiendo. (por las dudas, se hacen con mucho profesionalismo).

Así es la subsistencia de muchos de los que vivimos de la música en esta hermosa ciudad pero a la que todavía le falta organización, trabajo mancomunado y sobretodo apostar al río cultural que como el Suquía, fluye pero con mucha basura en su caudal.

Este año, la Escuelita de Rock de la que soy cofundador está cumpliendo 10 años de vida. Con vaivenes en el medio hoy se encuentra de pie y apostando nuevamente por la música y los músicos (sobre todo los más peques) de esta ciudad, que son muchísimos y muy talentosos.

En definitiva, hay muchos motivos para brindar y también para revisar y mejorar el próximo año.

“Sigamos remontando vuelo” dice el pegadizo estribillo de una canción de Las Pelotas y es mi deseo para todos los queridos músicos cordobeses. Hay mucho camino que recorrer y entre todos se hace más fácil, llevadero y divertido, ¡así que a meterle nomas!

¡Felicidades!

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