• Hernán Soria

Hernán Soria

2021

Foto: Laura Ciámpoli.

Quisiera aprovechar este único y necesario espacio que nos brinda Redacción 351, no para contar algún proyecto propio, como lo he hecho en algún otro momento, sino para escribir sobre un músico que, sin anticipar mucho, nos dejó hace muy poquito, antes de que termine el año: Carlos Eugenio Torres Nadal.

Algunos todavía le decíamos “Sixto”, aunque renegaba un poco de este seudónimo que en algún momento lo identificaba, así como de su nombre Carlos, que usó seguramente desde pequeño, pero que en algún momento dejó de sentirlo identificatorio e insistía en que lo llamáramos Eugenio; y así fue.

Eugenio tocaba  folklore en su viola (también el violín) con un arrojo y creatividad sublime, cualidad de muy pocos. También cantaba, tocaba la guitarra y componía hermosamente. De familia de músicos y artistas, tocó por muchos años en la Orquesta Sinfónica de Córdoba. Allí en el teatro me lo cruzaba a veces, y en varias oportunidades le pregunté por qué no estaba tocando folklore y música popular que era su fuerte, porque no tenía grupo para difundir su música. Me contestaba con una verborragia llena de argumentos que terminaban eludiendo sistemáticamente la pregunta.

Tuve la suerte de conocerlo hace muchos años, cuando yo apenas comenzaba a tocar el violín y estudiaba con Humberto Carfi, quien era su maestro también. Allí lo había escuchado tocar en alguna clase; pero cuando lo escuché en el recordado Tonos y Toneles, en trío con el Cocho Pedraza y Oscar Aguilera, se me voló la peluca.

Por esa época fui confirmando que esa era la música que yo quería  hacer. Y claro, es difícil identificar que él pudiera ser un referente; estaba acá en Córdoba, lo encontrábamos en el centro, en el café, en una fiesta, en alguna guitarreada… Y por supuesto que sí: el «Sixto» Carlos Eugenio Torres Nadal, era un referente.

 

2016

2016 año de cambios…

Yo con los “Magnolia” y con un proyecto nuevo, “P.A.S. trío” con composiciones propias y muchísimo entusiasmo.

2016 año de cambios… Por un lado lo bueno: se está haciendo mucha música, se está creando, se está mostrando (se me hace, impulso de lo que venía de antes); no tan bueno, que el  escenario cambió y no para mejor, posiblemente el mejor escenario sea la calle… Hasta que nos dejen.

Un deseo: que prevalezca lo colectivo por sobre lo individual.

¡Viva la música!

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