• Carlos Pelusa Rivarola

Carlos Pelusa Rivarola

2021

Hariprasad y el Cajón

Escuchar la flauta de bambú resonando en mi corazón y en la madera del Cajón es una maravilla.

Hace un tiempo me zambullí en esa jugada mística musical, fue el Maestro Hariprasad Chaurasia quien me invitó con sus melodías, sus sonidos que nacen del Espíritu, texturas que se forman, te envuelven, planos que se encuentran, ondas que persisten.

Viaje… Es un viaje la Música, conmueve, es profunda, acuática, etérea, sangre del Universo, retorno al sentido ancestral.

Capas geológicas de ritmos contagiosos, precisos, sugeridos por los antiguos, los muertos de nuestra existencia, ritmos que reviven en la danza, en el tambor, en los cantos.

La música de los que ya no están, se quedaron, se fueron, se perdieron en la memoria, viven en un rincón del horizonte, en la luz del alba, en la luciérnaga que se detiene a tu lado, en la sombra que desaparece…

El sonido del viento en las ramas de los árboles.

 

2014

El oficio de sentir.

La música, esa compañera. Es más compañera mientras más tiempo le dedicamos. Desde hace tres años y medio soy maestro de un centro cultural, aquí en Cuernavaca, México. Antes viajaba mucho con BaNdula y no podía dedicarme a esta tarea. Pero cambiaron las circunstancias y bajó mucho el trabajo del grupo. Dentro de la malaria económica, lo vi como una oportunidad de dedicarme a la enseñanza y su vez hacer otra tarea que siempre me ha gustado, acompañar las clases de danza con mis tambores, con mis dos congas y un cajón.

Trabajo con un gran bailarín cubano llamado Edgar Sagarra, aprendo mucho de él y a su vez tengo la oportunidad de tocar ritmos que normalmente no tocaría. La técnica que aplica es una locura, es cubana. Una mezcla de posiciones de ballet aplicada al contemporáneo y los ejercicios se hacen con música afrocubana. Luego, la experiencia de enseñar música  a partir de la base que es el ritmo a estudiantes de música, danza y teatro, reafirma y amplía el conocimiento. Por lo mismo, el disfrute de estar un poco más cada vez dentro de la estructura y el sentimiento que envuelve el fenómeno musical.

Conservo las ganas de estudiar y me gustaría tener más tiempo para eso, porque además, la relación que se produce con mis tambores, la guitarra, el canto, la danza y la poesía me nutre de una energía que ayuda a enfrentar la adversidad; cuando los vientos son buenos, la alegría se hace presente para compartir y seguir.

 

2013

La música como camino y destino. Siempre estará ahí, depende de nosotros encontrar las ganas desafiando situaciones adversas, otras distractorias, vanas, para seguir descubriéndola. Cierro este año dando gracias por poder seguir adelante y tener la posibilidad de estar cerca de gente que amo, de amig@s, de maestros, de una naturaleza pródiga, de seguidores, alumnos. Oficio de servir es el Arte. Evolucionar para brindar lo mejor de nosotros al “otro”, convocar el sentido espiritual de lo que hacemos recuperando el espacio perdido en el Alma.

Una persona que cumplió con todo lo que acabo de nombrar fue y sigue siendo Titi Rivarola, carnal de sangre, de vida, de música. Para que nos sigamos reencontrando y sirviendo a través de la poesía y el canto mirando al cielo, danzando al ritmo del tambor de la tierra.

 

2012

Ya llevo la mitad de mi vida en México y he tratado de compenetrarme en su cultura, tan vasta, tan rica. Desde que llegué en el año ‘81 encontré un ambiente amable donde desarrollar un camino musical. Traía la simiente cordobesa inspirada en una tremenda personalidad de barrio mezclada con la Universidad, movimientos sociales, la dictadura…

Desde hace 15 años hago canciones para niños. Gracias a esto he encontrado un eje, un sentido en la vida que me hace disfrutar mucho y ser también a la vez más responsable (bueno…) Mi grupo se llama Bandula y es el centro de esa actividad, formado por músicos y bailarinas de México, Colombia y Cuba. Los últimos conciertos estuvieron muy entusiastas, el cumpleaños coincidió con la salida del sexto disco.

Ya estamos preparando el próximo proyecto.

A la par de mi actividad aquí, siempre estoy al tanto de lo que sucede en Argentina, sobre todo en Córdoba gracias a mis hermanos, el Titi, el Ají, mi mamá Leonor, la Vivi, la Pao y los amigos y amigas entrañables que siempre están presentes en mi corazón. A pesar de los conflictos que se viven actualmente por allá, veo que la actividad cultural crece y se multiplica oponiendo una muralla de creatividad y ganas que avanza sin parar, y eso me da mucha alegría.

¡Salud! Pelu.

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