• Andrea Juárez
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Andrea Juárez

2017

Hay gente que no se da cuenta que algunos músicos elegimos ser músicos porque nos es primariamente necesario.

Hay gente que no se da cuenta que los músicos que ejecutamos un instrumento por necesidad personal somos personas demasiado sensibles.

Hay gente que no tiene idea que para los músicos la música es terapéutica. Y como tal, todo proceso transformativo de nuestra evolución como personas, está directamente relacionado con ella.

Hay gente que no sabe que hay músicos que necesitamos expresarnos de esta forma. Por el bien común. Por un equilibrio.

Hay gente que aún hoy en día no nota que un músico que no pueda hacer música es nocivo para la sociedad (no tan exagerado como suena por preconceptos varios de «hoy») pero sí para sí mismo.

Hay gente que no se da cuenta que algunos músicos tenemos conflictos constantes con respecto a nuestro desempeño como tales.

Hay gente que no se da cuenta que un músico en su función natural está desnudándose emocionalmente con vos.

Hay gente que no puede distinguir un músico natural de un músico por rol.

Hay gente que no tiene idea que por más peleado que un músico se sienta con su profesión y amaga con abandonarla, siempre tiende a volver porque cae en la cuenta que se trata de una necesidad.

Hay gente que realmente no ve que a los músicos nos agarra asombro y apuro que nos cueste tanto componer y escribir, pero sobre todo transmitir cosas positivas, que es el desafío clave de poder compartir y hacer extensivo a su público el costado bueno de la mayoría de las cosas que le pasa. Porque créame que escribir cosas de bajón, y de bronca, es mucho más fácil dada la sensibilidad que experimentás en ese momento.

Hay gente que no se da cuenta que muchos músicos alcanzan a brillar desde una belleza inigualable, que se nutren y componen desde ahí, que son los menos pero con un gran poder: embellecer algo que ya es bello. Estos son muy especiales para mí.

Esa misma gente es la que no se da cuenta de que muchos músicos nos nutrimos de una energía primitiva y violenta y logramos canalizarla a través de esta expresión, que no porque no sea como la anterior deja de ser artística.

Hay gente que no tiene noción de las frustraciones constantes que vivimos algunos músicos por vivir en un país donde tal profesión es absolutamente ultrajada y desvalorizada por esa misma gente que no se da cuenta de todo esto que estoy nombrando.

Y sin detalles más de por medio, realmente hay gente que no tiene ni la más pálida idea que los que elegimos ser músicos, elegimos no ser como ellos.

 

2016

El 2016 fue el año de transformar las cicatrices físicas – y emocionales – del pasado reciente en arte visceral. Esto incluyó trabajar junto con muchísimos artistas y productores en la grabación del que será el último disco del proyecto Combustión Espontánea. Además, irá acompañado de tres ficcionales a modo de videoclips los cuales fueron grabados en tres maratónicas jornadas.

Renacer, la semilla que muere para dar vida, las dolorosas marcas que quedan en nuestro paso por el caos cotidiano pero que en lugar de ocultarse se muestran con orgullo, ése es el concepto de Cicatriz.

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