• Mery Murúa

Mery Murúa

2021

Foto: Majo Yorio.

2021 con el corazón en la mano y mariposas en todos los planos. La realización de un sueño, grabar un disco con el Juan que en 2022 saldrá a la vida.

Tengo el camino allanado por el amor de mi gente y el horizonte claro después de haber atravesado ríos rebeldes.

El amor digo de mis hijes, mis amigues y quienes se conmueven con mi canto.

Un año que me hizo degustar el milagro de las cosecha añorada, me enfrentó a mis dudas y miedos para poder transitar hacia otros modos de ser artista.

Liviana sigo andando y asombrandome de la fortuna que me asiste, agradeciendo a la vida cantando siempre cantando.

 

2020

El arte nos salva… Quizá una expresión egoísta si pensamos en la cantidad de gente que esta pandemia excluyó del sistema.

El arte salva el espíritu… Por eso somos dichosos los artistas.

Este 2020 la instancia creativa fue mi salvavidas, el tiempo para descifrar los sentires que llevamos enancados hace años y poder transformarlos en arte.

En lo personal poder desamarrarme de viejas formas y aprender nuevas, compartir con mi niña todo el tiempo que estaba debiéndole, volver la vista a mi templo, mi cuerpo, quererlo. Ser mujer. Unidad, mujer sola. Aprendiendo a respirar de nuevo.

Así paso mi 2020… Como un pájaro sabio, herido, que está reparando sus alas.

 

2019

Cambios, viajes. Lo compartido es el tesoro.

En 2019 tuve el honor de participar el año completo, primer año completo en la Orquesta Provincial de Música Ciudadana. Reafirmar también los vínculos y el lazo musical con mi hijo Juan Murúa, con quien tengo el gusto de trabajar desde hace algunos años y pudimos pergeñar el homenaje a Chabuca Granda que presentamos en el mes de enero en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín. Que haya participado Juan en ese proyecto me deja la sensación gratificante de que algo bueno realicé como madre y como guía de ese ser que ahora ya es un adulto que camina solito por estos andares de la música.

Compartir con mis compañeros músicos y amigos como Paola Bernal, Juan Iñaki, Horacio Burgos, Mono Izarrualde y tantas otras personas que siempre acompañan este maravilloso y gratificante camino artístico es lo que más rescato en lo positivo del 2019.

En lo personal, el gran desafío de rearmarme para iniciar la marcha sola nuevamente. Cambios estructurales y el fuerte deseo de estar entera y firme para defender mis sueños y mis ganas de concretar antiguos deseos como el de viajar por el mundo.

Quizá el primer escalón de ese sueño viajero fue nuestra gira por Río de Janeiro en diciembre, que terminó por darle un cierre maravilloso a este 2019 que se fue y una bienvenida más que satisfactoria a un 2020 que promete.

 

2018

Ha sido un año duro en lo personal y en lo artítico ha tenido sus altibajos.

La operacion de mi hija en septiembre y el nombramiento en el cargo de la Orquesta Provincial de Música Ciudadana llegaron juntas. Siempre una de cal y otra de arena para ser más o menos una nueva postal de mi vida, pero con los mismos colores.

Hacer un alto en el camino del proyecto que venía sosteniendo desde hace 10 años, probar nuevas formas de hacer, en conjunto, y siempre acompañada de mis amigos más entrañables poniéndole el pecho conmigo a todo.

Mi familia entera y fuerte. La mayor satisfacción ha sido compartir espacios artísticos con mi hijo, verlo ser el músico que es, y sentir que algo bien hemos hecho juntos para celebrar la vida de este modo.

¡Brindo porque esa sensación no termine nunca!

¡Salut!

 

2017

Fue otro año de encuentros.

No creo en el arte sino es compartido.

El homenaje a María Elena Walsh en el San Martín con dos funciones a teatro lleno me pareció de las cosas más lindas que hice. Me hicieron estudiar un montón, pero valió la pena.

Recibí a muchos artistas amigos de otros lados. Editamos nuestro disco «Roble», con Horacio Burgos, celebrando diez años y dando lugar a nuestro primer material como dúo absoluto de guitarra y voz.

La noticia de estar programada en Cosquín llegó sobre la hora, ya culminando el 2017, y coronó un año muy positivo en lo personal, aunque los desmanes que estamos sufriendo como país no dejaron que la dicha sea completa.

Apuesto siempre por nosotros en este 2018. Seguiremos saliendo a las calles y seguiremos curándonos en los abrazos, que es donde aprendimos a ser lo que hoy somos.

¡Salú!

 

2016

Año intenso si los hay… A una le cuentan que cuando llega a los 40 la vida empieza a tener un vértigo tremendo pero no me avisaron que era así de intenso. Pasaron cosas muy buenas en el plano artístico, editar “Sal” en febrero y llevarlo a andar. La sensación de tener que defenderlo frente a un “Acacia” que tanto había gustado. Y así andar la vida cantando como la cigarra.

Un proyecto que perfilaba a ocuparnos mucho espacio finalmente terminó abruptamente a finales de marzo y eso hizo que pusiera más énfasis en mi andar solista.

Los designios de la vida nos llevaron a transitar por dos operaciones de mi chinita y eso te cambia la perspectiva de toooodas las cosas. Todo se vuelve menos conflictivo. Las cosas que antes te molestaban o no podías digerir de repente dejaron de tener importancia y se acomodaron en un plano de prioridades lógico que cuando uno anda con los pájaros volados… pierde un poco de vista.

También algunos desafíos… Mi cumpa Horacio tenía que ir a Europa y yo tenía que presentar mi disco. Así que fue una decisión difícil llevarlo adelante sin él. Y aunque no se puede reemplazar a nadie menos a las personas que uno ama, se aprende a amar a otras y a sumar nuevas intenciones. Así que todas las personas que amorosamente se sumaron a trabajar para la presentación hicieron del desafío una fiesta y volvió a suceder la magia de la música habitando nuestros poros está vez en el Teatro Real.

¡De ahí para acá todas buenas! Entrar al teatro y a la orquesta de música ciudadana fue otra de las buenas.

Tocar con la Banda Sinfónica y enterarnos que vamos a estar cantando todo el verano con mis hermanos de la música es más que suficiente y estoy agradecida infinitamente por tanto.

¡Salú!

 

2015

Un año bisagra podríamos decir de este 2015.

En lo personal, un año lleno de desafíos: la grabación de un disco en vivo, “Sal”, y la concreción de nuestra primera peña en el Comedor Universitario con los hermosos de Pao Bernal, José Luis Aguirre y Juan Iñaki.

Deseo para mi Córdoba amada un año de encuentros, de lucha y de militancia. A seguir amasando nuestra música con el amor de siempre.

Para mi amado país, deseo templanza y lucidez. Más a los compañeros, les pido no bajar los brazos, continuar el trabajo de base y militancia para resistir y custodiar la Patria.

Bienvenido 2016… ¡Salut y música para todos!

 

2014

  1. Un año de renacimientos y encuentros.

Tengo el corazón repleto de imágenes y sonidos maravillosos. Los lugares donde pude ir a mirarme en otros ojos, los abrazos como abrigos, mi sed de música calmada en las voces cercanas y todo mi alrededor florecido.

Tanta energía me ha dejado exhausta pero feliz. Parto a un paréntesis donde mi familia me espera para duplicar las luces, y regocijarnos en plenitud.

  1. ¡Un año que no me llevó nada, y me trajo montones!

¡Salut y que la dicha se multiplique para todos!

 

2013

Este año me trajo el nuevo disco “Acacia” y con él la posibilidad de nuevos caminos en la música. Mi primera experiencia como productora de un disco en el homenaje al Cura Brochero. La satisfacción de ver a mi hijo terminando el secundario y el brillo de sus ojos cada vez que dice que va a estudiar música.

Mi familia fuerte y unida, cada vez más sólida y feliz. Se llevó a Titi, una tristeza incalculable… Quisiera un 2014 menos, mucho menos violento, quisiera que mi Córdoba volviera a ser la mágica ciudad que todos amamos.

 

2012

2012 me trajo: una nueva vida, y con ella todas las sensaciones alucinantes de ser mamá nuevamente; nuevos proyectos, mucha música, una huerta, me trajo canciones al oído, las puso en mis dedos, en mi voz… Trajo, en definitiva, vida nueva.

Trajo para todos una nueva ley, y un Instituto que nos harán cada vez más dignos. ¡Brindo por todo eso!

Se llevó: las mentiras, los miedos, las vanidades, gente amada, pero se las llevó para que estén siempre cerca.

Lo que viene: un disco, una familia, los buenos frutos.

¡Salut!

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