Pau Candi

Pau Candi

2017

Las luces en la sombra

Lo he dicho en otros anuarios y lo repito ahora, no me gusta clasificar, no me creo quién para decir que un disco o un artista es mejor que otro, ¿quién pudiera? Nunca me gustaron los Top 5, Top 10 o Top 40. ¡Que ochentoso! Me gustan otras cosas, la música de Córdoba, por ejemplo.

Toda crisis económica incide duramente en la cultura. Se dejan de consumir bienes artísticos cuando hay crisis económica, es un hecho. Se grabaron y editaron menos discos, se tocó menos, se hicieron menos shows este año.

Hace un tiempo atrás venía el fin de semana y tenías que elegir entre varias muy buenas propuestas. En Cba24n, dónde cubro los eventos de la música local, llegaba el fin de semana y era tanta la cantidad de shows que a no todos se les podía hacer notas. Ahora este fin de año casi no escribí al respecto. Tuve que comentar sobre la nueva serie de Netflix. El envión que la pujante escena musical cordobesa venía teniendo se desaceleró mucho y eso duele. Cuando más necesitamos de una política cultural de largo plazo, la crisis también dominó el área estatal de la cultura y fueron escasos los festivales y eventos dedicados a nuestra música.

Los músicos son, en su gran mayoría, seres sensibles y los vaivenes políticos les minan el ánimo. Un músico desanimado no compone, no crea, comienza a pensar en irse a otros lugares.

Sin embargo hubo luces, destellos, en medio de la oscuridad reinante. Raly Barrionuevo brilló en su columna de cada semana en Nada del Otro Mundo, el programa que Cristian Maldonado conduce por la 102.3 FM Nuestra Radio. Raly nunca sobró la columna, le hubiera bastado con llevar su voz y su guitarra, charlar un rato, pero se lo tomaba muy en serio y aún en medio de la grabación de su reciente disco. Hacía llamadas y conversaba (hasta cantaba) con otros músicos, referentes, artistas en otras partes del país. También llevaba invitados y cantaba los temas de su hermoso “La Niña de los Andamios”, entre muchos otros.

Una banda que brilló también fue Aguapordentro, inquietos, tocando donde se les presentara la ocasión (aun cuando no fuese la ideal, no pagasen y esas vicios culturales cordobeses) allí estaban los muchachos de sierras chicas, brindándose enteros, con profesionalismo y devoción, tocando sus canciones con la misma intensidad, no importaba si el público eran 30 o 300.

Apareció también el esperado disco de Eli y Luci Rivarola, que fue grabado manteniendo la esencia de la claridad y la frescura que las caracteriza (aunque la versión de “Visita Inesperada” no superó la hermosísima interpretación que hicieron en Nuestra Música, en el estudio de Nuestra Radio, pero esto es subjetividad pura).

Hubo más luces, como luciérnagas iluminando la larga noche de absurdas tarifas e inflación descontrolada. Madre Chicha con “La Venganza de Simpira”, tremendo disco en el que se acercaron a un sonido más ZZK cumbiera sin perder su impronta.

Saliendo un poco del ombligo de Córdoba, me iluminaron el camino algunos discos, “Sobre Premios y Tormentas” de los misioneros La Otra Cara de la Nada; “Ahora” del pibe Luca Bocci; “II” de los mendocinos Usted Señálemelo; “Agua Ardiente” de Los Espíritus; y algunos otros que mi caprichosa memoria olvida. 

Hubo algunas decepciones pero para qué nombrarlas, son parte de la penumbra.

Me quedo con una iluminada interpretación del clásico del Flaco, “Barro tal vez” en la voz y el contrabajo de la sanjuanina Cande Buasso, parte de un homenaje a Spinetta llamado “Cantata de puentes amarillos”.

Me quedo con la certeza de que en las buenas la música es una celebración, y en las malas es un espacio de resistencia.

 

Pau CandiNuestra Radio y Cba24n, SRT de la UNC.

 

2016

No creo en eso de que se termine un año y empiece otro. El tiempo es una continuidad en el espacio, tampoco me voy a poner en el papel soberbio de determinar quiénes hicieron los mejores discos, canciones, videoclips, shows, etc.

Sí creo que es importante destacar que continúa creciendo la cantidad y la calidad de proyectos musicales en la capital de nuestra provincia y otras ciudades, como Villa María.

Hay sin embargo una doble lectura sobre este fenómeno, con sus puntos positivos y negativos y abre un debate que debemos dar. ¿Hay más bandas de rock que público de rock en Córdoba? Sin duda la gran cantidad de ofertas musicales a la hora de planear una salida, disfrutar un recital o cenar algo acompañado por música en vivo en un principio fue muy celebrada, sobre todo teniendo en cuenta que veníamos de décadas donde en Córdoba llegaban pocas visitas de las figuras del rock argentino y una o dos visitas internacionales al año. En nuestra ciudad había apenas 4 o 5 lugares donde podían tocar nuestras bandas y eran permanentemente perseguidos por las autoridades municipales. Pero ahora parece que la oferta es demasiada y no alcanza el público para que todos los grupos puedan llenar los lugares donde se presentan.

Hay críticas a ciertas actitudes dentro de la comunidad de músicos, por ejemplo que no saben ser artistas y a su vez público; críticas a los bolicheros, dueños de bares, restobares y centros culturales, como lo de poner al músico en el papel de socio, presionándolo para que lleve gente, venda entradas y hasta cobrándole por tocar… Son debates necesarios, que hay que darlos, profundamente, para buscar soluciones que favorezcan a todos, sin mezquindades, entendiéndonos como una comunidad cultural que debe estar unida.

Otro debate que debe darse es cómo se genera el gusto, el gusto musical en este caso. ¿Escuchamos cierta música porque nos gusta o nos gusta porque la escuchamos? Y la discusión pasa necesariamente por los medios de comunicación, los grandes creadores de gustos y opinión pública. Casi siempre movidos por lo económico, los medios hegemónicos reciben dinero de las discográficas nacionales y multinacionales para divulgar determinada música, logrando en relativamente poco tiempo que el show en nuestra ciudad de un artista desconocido que tiene uno o dos hits, sea masivo. La industria discográfica logró así reconvertirse y continuar su dominación en el mercado a pesar de la revolución del MP3 y las descargas gratuitas de discos mediante Internet.

El negocio de la música pasa ahora por los recitales y ya no por la venta de discos, las grandes radios de Córdoba casi no reproducen rock local (y cuando digo rock me refiero a todas las expresiones musicales de esa cultura) y aunque las radios chicas sí lo hagan sus limitaciones de alcance reducen considerablemente su público.

Sin embargo hubo un show que me hizo replantear mis hipótesis. Perota Chingo, un grupo acústico que se hizo conocido a través de un video en youtube de dos chicas cantando a dúo un tema en una playa uruguaya, metió mil personas en el club Sociedad Belgrano sin hacer publicidad, sin que sus temas suenen en la radio y la gente se enteró de boca en boca, a través de grupos de whatsapp o facebook. El recital fue a las seis de la tarde, lo que permitió a muchas familias ir con sus niños pequeños, en la barra se vendía cerveza artesanal y comidas integrales y el grupo se bajó al nivel del público, que formó un círculo rodeándolos, gente heterogénea de diferentes niveles sociales.

¿Hasta cuándo los medios convencionales seguirán creando los gustos musicales sino se reconvierten a los nuevos formatos tecnológicos? ¿Cuánto tiempo continuará teniendo influencia sobre la opinión y los gustos de la gente radios donde aún se dice la hora y la temperatura, información que hace rato todo el mundo tiene en su celular?

En lo personal desde Oh, Sí!, la productora virtual que llevo adelante junto a Christian Jurmussi, y que desde hace un tiempo pasó de brindar soluciones audiovisuales y realizar el programa Nuestra Música en radio y TV a ofrecer managment de artistas, comenzando con los chicos de Rinco, que este año tocaron bastante, hasta en Tecnópolis Federal, realizamos su primer videoclip del tema “No haces bien” y preparan un prometedor disco debut; a aceptar el ofrecimiento de Enrico Barbizi, con el que estamos trabajando fuerte para reposicionarlo a dónde creemos debe estar un artista de su altura y trayectoria y darle una vuelta de tuerca a su carrera para empezar a girar por el país y el exterior. Con él estamos editando una serie de podcasts sobre el anecdotario de su carrera y un videoclip que englobe su característica de “constructor de puentes” entre las diversas expresiones artísticas. También comenzamos a colaborar con la comunicación de la banda The Ginger Hearts con la que tenemos pensado realizar unos videos de sesiones en vivo en la disquería más emblemática de la ciudad.

Finalmente abrimos un grupo en Facebook llamado “Festival de Rock de Córdoba”, para sumar voluntades y realizar un gran festival que represente a nuestros músicos y estamos trabajando en la plataforma digital de una radio online y mediante aplicación para celulares con el objetivo de recuperar esa esencia “voladora de cabezas” que la cultura rock perdió a manos de un excesivo marketing, cierto snobismo estéril y la desesperación por el éxito económico.

Como musicalizador en Nuestra Radio, la FM de la UNC, continúo programando nuestra música y cuento con la promesa de las nuevas autoridades de que seguiremos siendo una radio donde los diversos proyectos musicales de Córdoba podrán expresarse.

Es nuestro pequeño aporte a esta contracultura, paralela, que avanza y crece a pesar de la casi inexistente política cultural de los gobiernos municipal, provincial y nacional.

¡Gracias!

Pau Candi. Director de Oh, Sí! y musicalizador en FM 102.3 Nuestra Radio (SRT – UNC).