Anuario Teatral 2021
Luego de un 2020 que dejó los testimonios más dramáticos de todos los informes reunidos, el comienzo del 2021 trajo el reflejo de lo que pudo ser identificado como una...
Reflexiones de un hombre de Teatro al finalizar 2015 para desearles a todos los teatristas un feliz año nuevo y que sigamos defendiendo y poniéndole el pecho al Teatro de Córdoba.
Después de muchos años en esta actividad, en este trabajo, aprendí a ser cauto en cuanto a conceptos.
Yo creo que el Teatro es una cuestión de resultados, y cada cual de acuerdo a su estética expone lo que piensa y siente. Considero que la interpretación de una obra de Teatro y el carácter de su presentación en forma física es inevitablemente subjetiva en cierto grado, matizada por las tendencias personales del director y los actores.
No hay Teatro sin actor. En la ceremonia del Teatro el actor es el primer artesano, y antes de cobrar vida con la presencia corporal de los actores, la obra pertenece solamente a la literatura.
Creo que el trabajo del actor no es analizar el texto sino ser poseído por él, entregarse a ese trabajo, y el rol de un buen director es percibir la creación del otro y organizarla.
En cuanto a la cuestión externa, de producción, utilería, vestuario, escenografía, la música incidental o lo que fuere, pienso que siempre debe estar en apoyo al actor y nunca al revés.
En cuanto a la función que debe cumplir el Teatro, sostengo que debe cumplir una función social, y por ende llegar a todos los niveles sociales. Claro que esto es una mezcla de Stanislavski y Grotowski, e indudablemente es una teoría que a mí me sirve como otras teorías sirven a los distintos hacedores del Teatro.