Marcos Polzoni

Marcos Polzoni

2016

¡Chau… chau 2016!!  Año cargado de significados sociales, políticos, económicos. Nuevamente fui invitado a resumir el pasado 2016, pero esta vez desde la óptica del proyecto de formación de públicos Teatro Educativo Córdoba que coordino junto a Ximena Silbert y un comprometido equipo de gestores culturales.

Arrancamos el año con las instituciones educativas colmadas de teatro. Instituciones abiertas al beneplácito de compartirlo. De dar a sus alumnos, quizás la única oportunidad para formar el gusto por las artes escénicas de su pueblo. Porque es la etapa escolar cuando se forma ese gusto, ese placer por lo simbólico que si no se promueve entonces, difícilmente se desarrolle después.

Y llegó el segundo semestre. Silencioso. De perfil bajo. Espeso, para ser transitado. Trayendo consigo tan sólo un cuarto de las alegrías compartidas el semestre anterior, porque nos pegó el ajuste. Porque se decidió que el teatro llegue sola y únicamente cuando más se lo necesitaba: en fechas especiales, pero esta vez sólo en fechas extremadamente especiales. Porque lamentablemente lo primero que se pospone ante la crisis es la posibilidad del entretenimiento, de estar cerca de la felicidad, sino siendo parte de ella misma.

Durante 2016 logramos demostrar a un par más de instituciones educativas, acostumbradas al teatro del interior del país, que el mejor teatro también existe en Córdoba. A otro puñado de escuelas las invitamos a disfrutar del teatro en fechas no especiales. Y a otro más, las incentivamos a probar que con nuestro proceso de trabajo logramos que los alumnos valoren por sí mismos lo que se les ofrece. El resultado fue una expresada y sincera conformidad por parte de los directivos y alumnos que apoyaron la iniciativa. Y es que desde Teatro Educativo Córdoba trabajamos para intentar (sólo intentar o al menos intentar) que la actividad teatral no se circunscriba únicamente a fechas especiales de las ya conocidas o a algún momento institucional sin “relleno”.

Estamos trabajando por la valoración de nuestras artes escénicas, que merecen ser vivenciadas. Una vez más, durante 2016 Intentamos acercar lo más representativo de la variedad producida en el ámbito teatral independiente. Intentamos acercar Buen Teatro. Un teatro que ayude a reflexionar sobre la vida misma y sus avatares. Un teatro que sugiere y no impone. Que echa a volar la imaginación de su público con dos trocitos de madera vieja. Un teatro que no amanteca la voluntad del publico ahorrándole el esfuerzo de ser comprendido y la responsabilidad de saber lo que le hace ver.

¡Chau 2016! ¡Bienvenido 2017! Te esperamos ansiosos y esperanzados de crecer y sembrar más semillas de cambio en nuestros habitantes. ¡Salud! ¡Que viva el teatro!

 

2015

El 2015 me ha encontrado sobre el escenario intentando seguir revolviendo cosas en mí para crear nuevos personajes. Avocado a “Extraña Presencia”, obra del puestista teatral Quique Dubois dirigida por Alejandro Ruiz. Una mirada particular sobre un suceso que pocas veces se ha hablado en el cine y el teatro como es la desaparición de actores durante el llamado “Proceso de reorganización nacional”. Una obra atravesada por temáticas profundas como la soledad, homosexualidad, violencia psicológica, traición. Contó con más de quinientos espectadores a lo largo del año.

El music hall también tuvo lugar este año. Fui invitado por Quique Dubois a participar de su obra “Hundidos en el fango” que recrea los mitos sobre los fantasmas de la Casona Municipal de calle La Rioja esquina Gral Paz, invitando al público asistente a un paseo por los 4 pisos de este histórico espacio cultural.

También fui invitado por directores del quehacer teatral local como Jorge Pinus y Andrés Rivarola a participar de obras teatrales en las que por motivos personales y temporales finalmente no fue posible mi participación. A ellos agradezco infinitamente el haberme tenido en cuenta.

Actualmente me encuentro intentando resolver dos papeles de un nuevo espectáculo del Sr. José Luis Arce que se estrenará el próximo año. Un trabajo teatral sobre la compleja y delicada temática de la pedofilia en el ámbito eclesiástico.

El teatro para niños también ha tenido su lugar este 2015 en mi vida actoral. Después de varios años, he vuelto a la comedia musical invitado por el grupo Feerique (El nombre hace referencia al mundo del cual provienen los seres fantásticos o mágicos) para llevar adelante los personajes: Merlyn, Drácula y uno de los 40 ladrones de Alí Baba de la obra “Cyril y los libros”. Con ellos y otros personajes se pone en escena la vivencia de Cyril, un niño a quien no le gustaba leer libros hasta que es parte de un suceso mágico que ocurre en su habitación llena de cuentos. Hablamos de la motivación a la lectura, de la importancia de desarrollar la imaginación como manera de poner color a la vida. Una obra para disfrutar en familia.

Otra parte de mis tiempos durante este año que estamos despidiendo estuvo dedicada a adquirir más conocimientos sobre gestión cultural y al proyecto de formación de públicos para artes escénicas locales en el ámbito educativo, denominado Teatro Educativo Córdoba, que coordino junto a Ximena Silbert y un grupo de gestores culturales y elencos, con el que durante el año hemos logrado acercar un muestreo del variado teatro independiente local, a más de cinco mil alumnos de diferentes instituciones educativas de la provincia.

El teatro es para mí la posibilidad de percibir acerca de aquello sobre lo que no se habla o se habla poco, tanto por parte de los actores y actrices como por parte del público. Es la posibilidad de compartir un momento irrepetible de nuestras vidas, de replantearnos el conocimiento profundo de nuestra existencia dando un valor a lo simbólico de ese encuentro entre ficción y nuestra realidad, la realidad de cada uno.

El teatro local ha mostrado un crecimiento notable tanto en la cantidad y variedad de propuestas como en la cantidad de público que convoca con respecto a otros años.

Como dijo el colega Ricardo Bertone en una nota que realizó para Redacción 351: “el gran desafío del teatro contemporáneo es encontrar el público que tiene una conflictiva parecida (…) es decir, debe haber en una ciudad como Córdoba (…), de un millón y medio de habitantes, cinco mil, seis mil, diez mil personas que se planteen el sentido profundo de la existencia”. Efectivamente, creo que una de las mayores labores de los elencos debe ser el aprender a encontrar el público para cada una de sus obras porque el público está ahí, hay que encontrar la manera de motivarlo a levantarse del sofá de su casa y emprender el viaje al teatro. Estimo que falta lograr ese cambio de pensamiento sobre el teatro local que está a disposición siempre para todos los ciudadanos, que ya no es para espectadores muy leídos o de determinada clase social únicamente. Tenemos un teatro para todos los niveles culturales, para todas las clases sociales y eso es lo esencial, un teatro que invite a su pueblo a repensarse, a revisar, a husmear sobre lo que sucede, sobre lo que somos y lo que nos pasa.