Marcela Etchichury

Marcela Etchichury

2020

Foto: Soledad Ruvira.

Está por terminar este año. El año 2020. Quedan unos días. Y la verdad es que es una alegría, por lo menos, ya no tener que nombrarlo.

La Pandemia hizo que tuviera que cancelar funciones, temporadas, viajes y abrazos.

Por otro lado, la cuarentena me dio tiempo para pensar, leer, descansar y ensayar. Ensayar mucho; de manera virtual o a solas.

Creamos con una gran compañera, Ludmila Hernández, la compañía de teatro Por Boca de Ellas y estrenamos «Una puta en el manicomio» de Fo y Rame y «Las Inconscientes», con actrices invitadas en cada función.

Estrenamos también «Hijo de Tamalera», de Teatro de Hemoficción y colaboré en otros proyectos de otros artistas y amigos.

Yo no quería hacer nada de manera virtual, más que los ensayos. Pero la necesidad de compartir con otros no se quedó quieta. Faltaron muchas cosas este año. Mucho ritual. Faltaron abrazos, festejos, sudor de ensayo. El bicho de querer compartir y crear no sabe quedarse quieto.

Tuve que encontrar algunos nuevos lenguajes, usos de cámara de un celular o contener la vanidad con los filtros de Instagram. De pronto me encontré ensayando todos los días, contando que estrenaríamos y agradeciendo a través de la cámara al final de una función. Lo que agradezco y me hace feliz es haber podido encontrarle la vuelta a esto de hacer teatro en cuarentena.

Todo esto también hizo que el 8 de enero estrenemos «El Escándalo de la Mariposa» de Rocío Luna, con Constanza Benito en Casa Grote. Allí estaremos en un escenario al aire libre todo enero.

El 14 de enero haremos una función privada de «Las Inconscientes» en un espacio al aire libre, pero privado en Unquillo.

Me gustó la invitación a escribir esto, y pensé en muchas cosas que quería decir y al final, todo se resume en que, sean las circunstancias que sean (y estas fueron cansinas, pero diferentes) el teatro es algo tan importante en mi vida, que no puedo dejar de hacerlo. No me vale la pena la existencia, si no hay teatro.

Así que para el año que viene aún no sé qué haré; más que algunas funciones y estrenos que tengo programados hasta a abril con el re estreno de «Casa de Muñecas» de Ibsen. Pero después de este año, supongo que el 2021 será más de crear proyectos para el 2022. De todas formas, no me atrevo a estar segura de cómo serán las cosas. Lo único que sé es que será con Teatro.

 

2016

Para la compañía Teatro de Hemoficción fue un año fabuloso. Presentamos una de nuestras obras favoritas del Repertorio: “Nuestra Señora del Rostro Rasurado”, de Juan Trigos Synister, bajo mi dirección, y comenzamos con un ciclo de obras clásicas, el cual tuvo como primera propuesta “Casa de Muñecas” de Ibsen.

También despedimos el año con la confirmación del volver al Teatro Real. Esto se traduce en más gente que verá nuestra propuesta cultural. Esta vez será con “El Hombrereloj” de J T S, dirigido por Lorenzo Mijares.

Nuestros proyectos son audaces y comprometidos y encontramos mucha gente que quiere ver un teatro diferente. ¡En Córdoba hay infinidad de propuestas! Eso es fabuloso, pero todos los proyectos se hacen a pulmón. Esto quiere decir que las compañías de teatro cuentan con poco apoyo o nulo para llevar sus propuestas a los teatros. Y los apoyos que hay desde los ámbitos gubernamentales llegan con demoras hasta de dos años después del estreno. Así es que tenemos un teatro cordobés lleno de obras, fuerza creativa y rebeldía, pero sin apoyo institucional.

Cada año egresan camadas de actores que harán todo lo necesario para compartir su arte: desde actuar y dirigir hasta pincharse los dedos con las agujas de coser. Desde emocionar hasta aprender cómo utilizar mejor las redes sociales.

Como artista quisiera ver el día en que podamos ser reconocidos como trabajadores de la cultura. Como personas que aportamos algo tan necesario que siempre ha existido y que seguramente seguirá existiendo.

El 2017 nos llena de emoción: tenemos estrenos, reposiciones y talleres de formación. Así es que mientras el mundo cambia, nosotros seguiremos aportando lo que creemos es necesario para que cambie: ¡arte!

 

2015

Fue un gran año para Teatro de Hemoficción. Estuvimos en el Teatro Real con el estreno del año de la Compañía. Presentamos “Nuestra Señora del Rostro Rasurado” en Espacio Máscara y consolidamos un proyecto artístico y cultural en la ciudad de Córdoba.

2016 ya está latiendo. Presentaremos “El hombre Reloj” en Córdoba. Una obra totalmente creada y producida en Barcelona que ahora traemos a nuestra nueva ciudad sede.

También tenemos una nueva apuesta: crear el primer laboratorio de Teatro de Hemoficción en Salsipuedes. Un espacio para crear y desde allí formar nuevos artistas en esta corriente cultural mexicana.

La hemoficción recorrió Barcelona, Madrid, Roma, Torino, Valencia y San Petersburgo. Hoy encuentra en Córdoba su nuevo espacio para seguir creciendo y compartiendo.