Lucrecia Boix

Lucrecia Boix

2015

Mi año en el ámbito teatral fue variado y enriquecedor. Sin embargo, voy a mencionar las obras en las que realicé tareas y cumplí roles que no fueron exclusivamente los que inicialmente se suponía que iba a hacer; en las que la cuestión laboral excedía la ejecución de lo específico y por ende, obras en la que todos permitimos que la sorpresa guiara el proceso. Los límites se mueven, las divisiones se corren y cuando se levanta el telón hay un universo mágico que nos maravilla.

“Ser o No Ser Hamlet”. Adaptación del Hamlet de Shakespeare por la directora Eugenia Hadandoniou; los actores transmigran entre los personajes que les tocaron y la persona. Así Martín Gaetán, Santiago San Pablo, Rodrigo Gagliardino, Agustín Albrieu Llinás y Nadir Medina pasan de estar inmersos en un mundo que vive su decadencia producto de la corrupción, las intrigas familiares y la locura, a estar ensayando la obra. Algunos de estos personajes ocasionalmente fueron habitados por la actriz Cintia Viviana Morales y por Iván Gimenez. Vestidos por Yanina Pastor; el marco y estructura para que todo esto nos maraville corrió por cuenta de Federico Tapia, el sonido de Agustín Albrieu Llinás y la gráfica fue de Lucas Chami.

“El limonero, Bio/logía 3 o de las ausencias”. Obra que trabajó con las ausencias para materializar la dramaturgia y hablar de esas presencias que estuvieron pero ya no están. Una mujer queda aislada en su casa debido a intensas lluvias y a partir de ese momento los antiguos habitantes del espacio comienzan a narrar sus historias particulares. Dirigida y escrita por Eugenia Hadandoniou. Lucía Miani, Agustín Albrieu Llinás, Martina Salicas Ortíz, Mariana Roldán, Ariel Martínez, Florencia Rubio, Juan Rojo, Laura Ortiz y Camilo Paz viven una cotidianeidad en la que dan vida a los relatos personales. Producida por Soledad Pérez, diseñada escenográficamente por Federico Tapia, el vestuario de la mano de Yanina Pastor, el diseño sonoro fue de Agustín Albrieu Llinás, el diseño gráfico fue de Lucas Chami, la iluminación a cargo de Facundo Domínguez y la mirada fotográfica de Gastón Malgieri.

Trabajar en teatro en la ciudad de Córdoba es ser parte de la construcción de mundos e historias en las que el compromiso y amor de los que forman parte marca la diferencia, es vivenciar cómo se puede realizar cualquier cosa que a una se le ocurra a partir del esfuerzo conjunto; y sobre todo entender que la clave del teatro independiente no está en el dinero si no en el amor con el que se atraviesa la experiencia.