Enrique Giungi – Elencos Concertados

Enrique Giungi – Elencos Concertados

2016

Fue un año intenso y efervescente para la comunidad teatral cordobesa. Sus integrantes no pudieron dejar pasar por alto los cambios políticos, sociales y económicos que afectaron de manera directa a gran parte de nuestra sociedad. El arte teatral es un instrumento humano que decodifica lo que sucede aquí y ahora y lo resignifica en escena. Las variantes estéticas dependen del carácter de su creador o de sus creadores, pero indefectiblemente tarde o temprano terminan conectándose con ese suceder.

Sin embargo, aún no se alcanza a evidenciar en las temáticas lo que acontece en la actualidad. Con el tiempo sin dudas se plasmará en el escenario, pues hay aún una huella potente de búsquedas existenciales que se ostentaron como eje estético durante años, debido a la posibilidad que hubo de reflexionar sobre la individualidad y el devenir histórico. ¿Pero qué sucede cuando el artista siente que la Historia se manifiesta de un modo horroroso y a plena conciencia en su contexto de vida?

A diferencia de ese tipo de reflexiones individuales, la actualidad demanda una reflexión social, colectiva, algo que cuente lo que nos pasa a todos y a uno mismo pero como engranaje de su presente.

Un 2016 intenso y efervescente, un año bisagra entre dos tipos de tiempos. Para este año sin dudas se duplicará la ocupación de espacios públicos y no convencionales, se manifestará lo clandestino y lo colectivo como resistencia, la búsqueda de poéticas que manifiesten esa suerte de transgresión a la realidad que se pretende imponer desde las redes sociales y los medios masivos de comunicación. Entonces, seguramente, los diferentes tipos de grupos humanos se fortalecerán aun cuando el estado constantemente se retrotrae en su apoyo a los movimientos culturales y artísticos.

Así es como renace esa paradoja propia del Teatro, que se manifiesta cuando el artista debe crear en un contexto de caos y crisis. Dicen los que más saben, dicen los más viejos, que eso es lo que potencia el carácter creativo.

Así se presenta este año que se avecina, este ineludible 2017.

 

2015

El 2015 nos encontró a muchos artistas con múltiples desafíos al momento de llevar a la práctica la construcción de identidad. Desde el orden de lo íntimo a lo colectivo, hemos enfrentado grandes desafíos que nos instalaron precisamente en ese lugar del que solemos escapar: la responsabilidad artística ante procesos sociales, políticos y culturales.

Si viéramos que el mundo se cae a pedazos, o para no ser tan abarcativos ni catastróficos, si viéramos que nuestra ciudad, nuestro barrio, sufre la injusticia del poder de turno, ¿de qué vamos a hablar nosotros sobre el escenario?

Sabemos que desde el arte podemos vivir la conexión con el público por medio del hecho teatral. Esa retroalimentación sensible y creativa que nos potencia como seres humanos. En esa instancia, en ese hecho concreto, no podemos obviar lo que sucede fuera de las puertas del Teatro, es más, el Teatro tal vez debería dejar las puertas abiertas para que constantemente la realidad se conecte con la escena y así no perder de vista lo que nos sucede aquí y ahora.

Es nuestra responsabilidad tener presente esto y en la medida de lo posible llevarlo al escenario, a las aulas, a los talleres, a las charlas, a los debates y encuentros con el otro.

De más está decir que en estos tiempos que vienen, el artitivista (el artista militante), es sumamente necesario para fortalecer el carácter humano que cada vez se pierde más tras el paso y el peso del Mercado.

Desde Elencos Concertados nos proponemos seguir trabajando comprometidos con el Arte, con lo que nos sucede como ciudadanos y responsables activos de esos procesos que mencionábamos. Ya sea desde la producción, la formación y el intercambio constantes.

El placer de hacer lo que amamos no quita la necesidad de estar atentos a lo que sucede para responsabilizarnos como artífices de nuestra realidad.